La noticia sorprendió el primer día del año, fecha que suele ser más propensa al tedio que a las novedades. Al mediodía del 1 de enero Claudio Tapia publicó en sus redes sociales: “Después de tanto esfuerzo y trabajo confirmamos un acuerdo trascendental con Disney por los derechos de tv, que será beneficioso para todo el fútbol argentino. Desde el inicio dijimos que íbamos a luchar por nuestras instituciones y esto demuestra nuestro compromiso asumido!”. Parecía que en 2021 quedaban cerrados los litigios judiciales, el pedido que surgió de 20 de 24 de los clubes de dar por terminado un contrato firmado hasta 2027 y una guerra mediática que tomó intensidad en el aire de ESPN en los meses de octubre y noviembre. 



Pero no. Aunque la Asociación del Fútbol Argentino haya anunciado el beneplácito para Disney tras la fusión con Fox, la empresa que junto a Turner había adquirido los derechos de televisación del fútbol argentino en 2017, aún queda pendiente que el Gobierno dé el visto bueno a esa operación que se concretó en marzo de 2019. Estados Unidos, Chile, México, Colombia y Brasil son algunos de los estados que pusieron condicionamientos a esa fusión. Para la la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia la fusión “distorsiona el normal funcionamiento competitivo”: entre sus siete señales (tres de Fox y Cuatro de ESPN) concentra casi dos tercios del rating de las señales deportivas. 

Ese dictamen que emitió la cartera a cargo de Paula España también advierte lo que resulta obvio a cualquier televidente deportivo: que si un mismo operador cuenta con el dominio casi absoluto de los eventos deportivos (Liga argentina, Libertadores, Sudamericana, Champions League, Grand Slam de tenis, Fórmula 1 y etcétera) eso implicaría un alto nivel de concentración en el mercado. El informe, de todos modos, no da plazos ni recomendaciones. Y a casi cuatro meses de su publicación parece haber quedado en el olvido incluso para los propios funcionarios del Gobierno Nacional. Lo que no olvidan es la fusión, aunque allí el Frente de Todos tiene el mismo problema que en otras áreas: la diversidad de procedencias y visiones. Y en un área como el fútbol, en el país de los 40 millones de entrenadores, todos pretenden tener injerencia. Sólo alcanza con recorrer algunos nombres: Matías Lammens, Marcelo Tinelli, Hugo Moyano, Sergio Massa, Claudio Tapia y hasta el propio Alberto Ferández. Hombres de la política nacional, con injerencia en sus clubes y también en la AFA. 

Hace tiempo que el presidente Fernández afirma en privado que la fusión entre Disney y Fox es un exceso para un Estado que quiere promover la competencia. La prenda de cambio de que la TV Pública transmita un partido por día a partir del próximo campeonato que comienza en febrero próximo parece no alcanzar. Y, en última instancia, el gobierno será un actor crucial, porque porque la fusión que empodera a la empresa del ratón requiere una autorización final del gobierno. No resulta llamativo que cuando el tema se volvía a instalar después de diez días de tregua tras el anuncio de Claudio Tapia, en el mediodía de ESPN saliera al aire una nota con Ignacio Piatti, ídolo de San Lorenzo y recientemente cesanteado del club por su presidente Marcelo Tinelli. Piatti fustigó al conductor televisivo y presidente de la Liga Profesional de Fútbol. Una muestra más de que el conflicto con Disney por la televisación del fútbol argentino aún no está cerrado.