Cuando arrancó las Eliminatorias Sudamericanas, en octubre de 2015, nadie podía imaginar que la Argentina llegaría a la última fecha en zona de repechaje, con un montón de interrogantes que continúan sin responderse. Pero aquel 8 de octubre, ante Ecuador, en el Monumental, la sorpresiva derrota podría haber servido como aviso de que este sería un camino de espinas. Dirigidos por Gerardo Martino, saltaron a la cancha Romero; Roncaglia, Garay, Otamendi, Mas; Biglia, Mascherano, Pastore; Di María, Agüero y Ángel Correa. Las populares costaban 150 pesos. Sin Messi, las tribunas no se llenaron. Y fueron hirientes con el equipo: los hinchas argentinos terminaron al grito de «ole» cada vez que los ecuatorianos se pasaban la pelota.
Para recibir a Perú el próximo 5 de octubre, a dos años de aquel primer tropiezo, la AFA –o sea: Chiqui Tapia y Daniel Angelici– eligió La Bombonera como sede, con la ilusión de que el público también juegue su partido en esta fecha crucial para conseguir el pasaje a Rusia 2018. Más que cualquier ausencia o convocatoria en la lista que Jorge Sampaoli entregó el viernes pasado, la mayor sorpresa llegó con los precios de las entradas: las populares costarán 550 pesos. Un 266,7% de aumento desde aquella noche en que el público nacional se burló se su propia Selección. Es curioso porque en el fútbol de Primera División los aumentos que reguló la AFA para las entradas generales fueron de apenas un poco más que el 100 por ciento en ese lapso. Las plateas, en tanto, van desde los 2800 a los 4800 pesos.
Antes de terminar en La Bombonera, Argentina probó en otros estadios: pasó por el Mario Alberto Kempes de Córdoba, por el Islas Malvinas de Mendoza y por el Bicentenario de San Juan. También cambió de entrenador: arrancó Martino, siguió Edgardo Bauza y ahora está Sampaoli. Las variantes también llegaron en los nombres de las convocatorias. En la lista para la doble fecha definitiva queda expuesto el recambio por el que apuesta el nuevo entrenador: Marchesín, Fazio, Mammana, Pezzella, Salvio, Rigoni, Acuña, Papu Gómez, Paredes e Icardi son las muestras. De los 21 convocados, estos diez no tienen rodaje en la Selección ni son los responsables de que la presencia en el próximo Mundial sea una incógnita.
Lo que todos esos cambios no pudieron solucionar es la falta de gol de la Argentina. Mientras Messi, Higuaín, Agüero (ayer metió tres en la goleada de Manchester City), Dybala y Icardi festejan cada fin de semana en Europa, en la Selección los arcos rivales parecen más chicos. No por repetido el dato deja de tener valor: en las tres finales que jugó Argentina en los últimos tres años (Mundial 2014, Copa América 2015 y Copa América 2016) no pudo convertir ni un tanto. En las eliminatorias, como local, apenas logró nueve gritos en ocho juegos. En la  caja sonora de La Bombonera, la Argentina deberá encontrar la solución a todos estos problemas que arrastra hace tres años.