La semana se cerró como una síntesis de lo que fue para la Selección. Lionel Messi, el crack que en Argentina genera un consenso total sólo cuando está ausente, regresó con la camiseta del Barcelona tras 24 días sin poder jugar por una lesión. A los tres minutos de ingresar, Messi ya gritaba gol tras una hermosa asistencia de Neymar.

Casi al mismo tiempo, en Manchester, Sergio Agüero también saltó a la cancha desde el banco de suplentes. Igual que había ocurrido el martes, en el Mario Alberto Kempes, el Kun tuvo desde el punto del penal la oportunidad de marcar el empate para su equipo, el Manchester City. Como el paraguayo Justo Villar, el holandés Maarten Stekelnburg voló hacia su izquierda y atajó el tiro del delantero, que se quedó clavado en el punto del penal, con los brazos abiertos como buscándole una explicación a la malaria.

La imagen del penal errado de Agüero, casi una copia del que falló ante Paraguay, se repitió durante todo el sábado en cada televisor futbolero. Como en otras oportunidades las culpas cayeron sobre Juan Sebastián Verón, Roberto Ayala, Juan Román Riquelme, Messi o Gonzalo Higuaín, el villano nacional de esta semana parece ser el Kun. Edgardo Bauza le había dado su apoyo en la entrevista que le realizó el excandidato a diputado Fernando Niembro.

“Al primero que voy a llamar será a Agüero. No sé si va a jugar o no, pero le quiero ver la cara”, dijo el entrenador de la Selección, que también quedó en el centro de las críticas después de las malas presentaciones ante Perú y Paraguay.

Tres meses después de la derrota en Nueva Jersey ante Chile, por la final de la Copa América, el horizonte de la Selección figura igual de borroso. El único avance parece ser la confirmación de que Messi seguirá jugando con la camiseta nacional, aunque alrededor suyo el vacío sigue siendo el de siempre: sin él en estas Eliminatorias, el equipo baja su efectividad a un 33 por ciento. Lleva siete faltas en este ciclo: un triunfo, cuatro empates y dos derrotas es la dura estadística.

Bauza fue el elegido en un casting por el que también pasaron Miguel Ángel Russo, Ramón Díaz y hasta Ricardo Caruso Lombardi. Otros entrenadores como Mauricio Pochettino y Diego Simeone ni siquiera aceptaron reunirse o charlar con Armando Pérez, el titular de este Comité de Regularización que luego de tres meses de gestión no ha normalizado nada. Hasta la semana pasada, la contratación de Bauza era el único mérito que repetían Pérez y compañía, que la semana que viene viajarán a Zurich a rendir cuentas a la FIFA. Ya no pueden decir lo mismo.

El próximo partido de la Selección como local por Eliminatorias, ante Colombia, se jugará en San Juan. La semana pasada, ante Paraguay, se jugó en Córdoba. Y la fecha anterior, contra Uruguay, fue en Mendoza. Sin embargo el propio Bauza reconoció que los jugadores que viajan 14 horas desde Europa para venir a jugar al país prefieren no tener que volver a subirse un avión un día después de haber llegado a la Argentina. Los futbolistas pidieron volver a jugar en la Ciudad de Buenos Aires.

Las decisiones que se anunciaron esta semana en relación al fútbol juvenil de AFA tampoco ayudaron. Luego de la insólita licitación que recibió 44 proyectos para elegir a quiénes se harán cargo de los juveniles, todo quedó en la nada. Sólo hay nombres sueltos, que no responden a un coordinador y algunos ni siquiera figuraban entre los que presentaron sus carpetas a ese comité de notables que encabezaba Mario Griguol, hombre de confianza de Armando Pérez. Con 70 años, Miguel Micó tendrá a su cargo la Sub-17. Y Claudio Ubeda fue confirmado ayer en la Sub-20 junto con Gerardo Salorio y Fernando Batista. Curiosamente, Ubeda no estaba entre los que había presentado un proyecto. Todo demasiado desprolijo. Al margen de que los nombres no aparentan ser los que encabecen la refundación del fútbol argentino, como se anunció en su momento.

Parecen detalles en este contexto inédito que vive la Asociación del Fútbol Argentino, que no tiene en la Selección la única punta del iceberg. Esta semana, Viamonte 1366 volvió ser el escenario preferido para realizar esa práctica que ya parece crónica para los directivos del fútbol criollo: el lobby.

Dirigentes de Atlético Tucumán e Independiente visitaron al Comité de Regularización con distintos argumentos para convencer de que el quinto cupo para la Copa Libertadores le correspondía a su equipo. Y todavía no hay solución.

Rodolfo D’Onofrio, presidente de River, y Daniel Angelici, presidente de Boca, visitaron a Pérez esta semana en su despacho. No estuvieron solos: los acompañaron dirigentes de Racing, Newell’s, Independiente, Central, Huracán, Estudiantes y Gimnasia. Lo que hace unos meses era un pedido por lo bajo de los dirigentes del ascenso, ahora lo gritan por altavoces los directivos de los equipos grandes: que haya elecciones y la AFA tenga un presidente legítimo.

“Fuimos a pedir elecciones urgentes. No sé lo que piensa Macri de Armando Pérez. En dos meses los resultados de la Comisión son pobres. Estoy enojado porque no se está haciendo nada de lo que se dijo», dijo Angelici en Radio la Red. A Pérez ya lo quema hasta el propio fuego amigo.