A menos de una semana del inicio del Mundial, Argentina se juega nada menos que sus chances de seguir en la competencia. El partido de este sábado ante México se volvió casi un cruce eliminatorio, un escenario imprevisto para una selección que sumó argumentos para sentirse en condiciones de llegar lejos. Desde la universidad de Qatar donde se entrena y concentra el equipo nacional, Lionel Scaloni mantuvo la línea y repitió parte de lo que dijo después de la inesperada caída ante Arabia Saudita.

  • «Nos jugamos un partido de fútbol con la responsabilidad de saber que habrá un país detrás pero con la tranquilidad de que vamos a dejar hasta la última gota de sudor. Este equipo dejará todo, hasta el último minuto, para dar vuelta esta situación». 
  • «El golpe afectó pero la reacción fue inmediata. Cuando recibís una piña lo único que tenés que hacer es levantarte y este grupo está capacitado para hacerlo».
  • «No sé de dónde salió que no sé entrenó. Incluso, hay imágenes de que se entrenó bien. Messi está bien, a nivel físico y moral. No hay ningún problema». 
  • «Hace rato que hay que estar preparado para el golpe. Antes era todo alegría y color de rosa, ahora necesitamos el apoyo de todos. Yo soy el primero que estaba preparado, lo raro hubiera sido seguir con la racha». 
  • «Me gusta que la gente sabe lo que este grupo dio y lo que va a dar. Estamos bien, tenemos un partido importante y por suerte depende de nosotros y eso es en lo único que pensamos». 
  • «Nosotros tenemos una manera de jugar y no la vamos a negociar. Podemos recibir un golpe pero tenemos claro que tenemos que seguir igual». 
  • «Es normal que el debutante sienta esos nervios y esos dolores de panza. Jugar en Argentina es diferente a muchas selecciones. Sin perder el respeto al resto, pero no es lo mismo debutar con la selección de Argentina que con otra». 
  • «Al principio es chocante pero al otro día te levantás y pensás en el siguiente partido. Cuando recibís una piña vas para atrás y después para adelante. Así era yo como jugador, fui un patadura pero iba siempre para adelante».

Foto: Fernando Gens / Télam