El primer Grand Slam del año tuvo el mismo campeón que (casi) siempre: Novak Djokovic. Fin de semana de grandes partidos en el fútbol europeo, con un argentino figura en el juego más importante. En el TC, un apellido ilustre. Un regreso soñado. Y más. 

Lautaro Martínez, top en Europa

El partido más importante del fútbol europeo tuvo un protagonista argentino. Y eso, en épocas de pocos representantes en los equipos de elite, no es un dato menor. El Inter, puntero de la Serie A, se enfrentaba al Milan, escolta a un punto. A los cinco minutos de partido, el neroazzurro ya estaba en ventaja con gol del bahiense Lautaro Martínez. El ex Racing también marcó el segundo. El tercero, fue del belga Romelu Lukaku, socio de Lautaro, en una dupla matadora. En la tabla de goleadores, Lukaku y Martínez se confirman como una sociedad letal: el belga se colocó en cabeza de la misma, con 17 gritos, ahora uno más que las 16 de Cristiano Ronaldo (Juventus), mientras que el argentino suma 13 tantos y se mete igualmente en la pelea por ser el capocannoniere 2020-2021. Antes del partido, miles de aficionados se congregaron delante del estadio de San Siro para animar a sus equipos en la llegada al recinto, donde el partido se jugó a puertas cerradas por las restricciones contra la pandemia. El derby de Milán, además de la tradición, es emblemático por su categoría deportiva: es la única ciudad Europea con dos equipos campeones de Champions. Esta vez quedó para Inter, que a 15 fechas del final, Inter sacó cuatro puntos de diferencia en la tabla de posiciones, el único torneo en el que aún da pelea tras quedar eliminado en Champions League y Copa de Italia. No es poco: buscan un título tras más de una década

Djokovic y la redención

Descalificado en el último US Open, y después aplastado en la final de Roland Garros ante Rafael Nadal, Novak Djokovic se reencontró con la gloria en su torneo preferido, el Abierto de Australia, para apuntarse un Grande en esa carrera a tres que mantiene con Roger Federer y Rafa Nadal para ser el más ganador de la historia. «Tenía una necesidad enorme de esta victoria, después de la decepción del US Open y su muy mala final en Roland Garros», asumió su entrenador Goran Ivanisevic. Federer y Nadal tienen cada uno 20 títulos de Grand Slam, mientras que Djoko les pisa los talones con 18. Desde el regreso tras el parate en 2020 que la suerte venía esquiva para el N.1 del mundo, que se había mostrado intratable hasta la suspensión del circuito a comienzos de marzo debido a la pandemia de coronavirus. Al regreso tood fue para atrás: se declaró antivacunas, armó un torneo en Serbia donde hubo contagios masivos y la completó con un papelón en el US Open. En Melbourne, en su Grand Slam favorito, quería volver: se bancó incluso jugar desgarrado desde la tercera ronda. Con un noveno título en otras tantas finales disputadas en Melbourne, Djokovic es historia del Grand Slam australiano. Aún está lejos de los 13 títulos de Nadal en Roland Garros, pero ya superó lo ocho de Federer sobre la hierba de Wimbledon. «Quiero dar las gracias al Rod Laver Arena, la historia de amor continúa», resumió Djoko.

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(Foto: AFP)


Platense: regreso soñado

La rivalidad entre Argentinos Juniors y Platense nació en 1980, en el último partido de Diego Armando Maradona con la camiseta del Bicho: un triunfo de Argentinos dejó al Marrón sin chances en el Nacional. Los de Saavedra, armaron disturbios y prendieron fuego la popular visitante. La pica parecía haber terminado en 1999, con el descenso del Calamar a la B Nacional. No volvieron a jugar después de eso. El clásico que duró 19 años, tardó 22 en volver a jugarse. Pero el parate no diluyó la rivalidad, al contrario: las diferencias entre los equipos parecían cada vez más grandes pero el enfrentamiento seguía ahí. Este domingo, tras el ascenso del Marrón, se volvieron a cruzar en el Diego Armando Maradona. Pese al dominio total del local, las tapadas de Jorge De Olivera le dieron vida a Platense, que cerca del final encontró en la cabeza de Jorge Pereyra Díaz un premio más para unas semanas de ensueño que se viven en Saavedra tras el regreso a Primera. 


En el nombre del padre

El apellido Canapino es sinónimo de automovilismo argentino. Alberto, preparador de autos campeones como el de Luis Rubén “Loco” Di Palma o Juan María Traverso, falleció el lunes pasado luego de largos días de pelea contra el coronavirus. Nacido en Arrecifes, capital fierrera, inició sus actividades en la preparación de vehículos, con apenas 25 años, en 1982, dejó su huella durante más de tres décadas en cada avance tecnológico. Y también su herencia: su hijo Agustín Canapino, cuatro veces campeón del TC. Este domingo, con Chevrolet, lo pudo homenajear en el autódromo platense Roberto Mouras subiendo a lo más alto del podio, en la primera fecha del año del Turismo Carretera. 


La definición del Brasileirao, al rojo (y negro) vivo

Desde hace algunos años que el Brasileirao se transformó en uno de los torneos más atractivos para seguir. Ayer, en la fecha 37, la anteúltima del torneo, demostró una vez más por qué. En el Maracaná, Flamengo, escolta a un punto, recibía al líder Inter de Porto Alegre. Era una final adelantada. Y se la llevó el Mengao, que remontó el partido y ahora deberá ganar en su visita al San Pablo (4°) el jueves, en la última jornada, para asegurar su séptimo título liguero, segundo consecutivo. Al minuto 12, de penal, Inter se había puesto en ventaja, lo que en ese momento daba el daba el primer Brasileirao al Inter desde 1979. Pero enseguida llegó el empate del uruguayo Giorgian de Arrascaeta, con un zurdazo. El partido se rompió al comienzo del segundo tiempo con la expulsión del lateral Rodinei, que entregó la historia del fin de semana: como su pase pertenece a Flamengo el equipo gaucho debía pagar un millón de reales si quería usarlo contra el club dueño de su ficha. El empresario sojero Elusmar Maggi Scheffer se ofreció a donarlo. El defensor vio la roja después de un planchazo a Filipe Luis, revisado por el VAR. A los 18, Gabigol puso el 2 a 1 y dejó todo listo para que Flamengo festeje. Aunque deberá esperar hasta el jueves.