Cuando se apague la llama olímpica, cuando se terminen las largas filas pobladas de chicos de guardapolvos blancos en los ingresos a los parques, cuando baje la efervescencia y la popularidad, cuando el jueves se realice la ceremonia de clausura, en Buenos Aires quedará sobrevolando una pregunta: ¿qué dejan los Juegos de la Juventud? «Todo depende de la dirigencia y de las políticas institucionales: se puede aprovechar o dilapidar. Lo que está claro es que hay que darle bola a las bases porque sin ellas no hay futuro», resume Martín Cambareri, entrenador de la Selección argentina de remo.

La disciplina suma dos medallas –una dorada y otra de bronce–, aunque ya no tendrá a Cambareri como líder después de estos 12 días de competencia: el técnico se irá a trabajar a Inglaterra. «Es el momento y hace mucho que lo quiero. Sabía que me iba antes de los Juegos», explica y en su decisión descarta motivos presupuestarios, uno de los ejes para pensar en el legado. «Para los deportes amateur es crucial que se prosiga con las becas y los entrenamientos especiales iniciados hace cuatro años. Si todo termina, habrá sido solamente un evento más y la creación de alguna infraestructura», dice Osvaldo Arsenio, especialista en natación y exintegrante de la Secretaría de Deportes, área que en 2019 contará con 991 millones de pesos menos y que podría ser degradada en agencia.

El roce generado por la competencia en los 32 deportes de los Juegos de la Juventud es un paso adelante para los 142 atletas de la delegación argentina. También crecieron los casi 300 que quedaron afuera del último corte. «Van a llegar preparados a Tokio 2020 y garantizan la futura generación olímpica», opina Ernesto Rodríguez III, periodista especializado en olimpismo y creador de la web Ephecto Sport. Delfina Pignatiello –nadadora, 18 años y doble medallista de plata– y la dupla de oro en vela compuesta por Dante Cittadini –abanderado, 17 años, timonel– y Teresa Romairone –tripulante de 18 años– son algunos de los destacados nacionales junto a los tenistas Sebastián Báez y Facundo Díaz Acosta, entre otros. «Hay un grupo importante de talentos jóvenes que están teniendo una buena actuación, como se preveía», señala Arsenio sobre el desempeño y el crecimiento de la Argentina.

Acaso el beach handball tuvo la mayor aceptación entre las ocho disciplinas debutantes. Las filas interminables en los distintos parques olímpicos fueron una constante y se estima que se mantendrán en los últimos días de competencia. Por eso, Cambareri sostiene que el contagio y la estructura heredada son una clave para seguir formando atletas. «Deja un montón de espacios deportivos, difusión beneficiosa para el deporte nacional y una sensación de que es posible llegar a buenos resultados si las cosas se hacen bien», analiza el entrenador. Aunque el Parque Olímpico de Villa Soldati compuesto por 3,5 hectáreas podría reemplazar al Cenard en lugar de potenciarlo, el plan ideal si la búsqueda es la de robustecer al deporte de alto rendimiento.

La organización del evento también deja a Buenos Aires –sólo había sido sede de los Panamericanos 1951 y los Odesur 2006– mejor posicionada frente al COI. Aunque la chance de recibir a los Juegos Olímpicos 2032 aparece lejana. «Es otro tipo de inversión y de trabajo dirigencial. Hace falta un poco más de crecimiento organizacional, pero sería algo maravilloso», señala Cambareri. La gran diferencia –acota Rodríguez III– está dada por el dinero, medido en millones. «¿Argentina tiene la capacidad para gastar 15 mil o 20 mil millones de dólares como se hizo en Río de Janeiro 2016?», se pregunta antes de que se apague el pebetero olímpico. El legado acaso será herencia si es algo más que una tendencia de 12 días. «

Un furor que se volvió oro

«Es el mayor logro que podemos tener», dice Giselle Bonomi, unos segundos después de haber logrado otra medalla de oro para la Argentina en el beach handball disputado en Parque Sarmiento. Las kamikazes –como apodaron al equipo y al deporte furor de los Juegos– superaron por 2-0 a Croacia en la final después de haber ganado en los eléctricos shot-out (definición por penales) frente a Hungría. En la misma disciplina, los hombres también se subieron al podio con el bronce gracias a la victoria frente a Croacia.

Más temprano, Dante Cittadini y Teresa Romairone también se colgaron la dorada como dupla de vela en Nacra 15 después de 13 regatas. Al cierre de esta edición, Facundo Díaz Acosta sumó plata en el tenis mientras que Valentín Rossi aportó otro bronce en el canotaje.

El tenis, el boxeo y el hockey hoy podrían aportar nuevas conquistas doradas para la Argentina, aunque desde la organización decidieron que el medallero (al menos oficial) no se publica.