En marzo, con la reestructuración de los torneos que planteó Claudio Tapia, el presidente de la AFA, comenzará a atravesarse el camino de tres años que terminará con los promedios, el sistema de suma de puntos y división que determina el descenso en el fútbol argentino. Es decir, a partir de 2021 bajarán de categoría los peores ubicados en la tabla general, como sucede en la mayoría de los torneos más importantes del mundo. «El 80% de los clubes quiere sacar los promedios –anunció Tapia a través del portal oficial de la AFA–. Estamos en un momento de cambio en el fútbol argentino. Cuando anunciemos cómo se jugarán los torneos del fútbol argentino después del Mundial, también tenemos que anunciar la finalización de los promedios de acá a tres años». La última instalación del sistema de promedios, como en otros asuntos, se creó para beneficiar a los clubes grandes. Fue para el torneo Metropolitano 1983, después de la caída a la segunda categoría de San Lorenzo, ya con Julio Grondona en la presidencia de la AFA. 

En la decisión de Tapia, más allá del histórico reclamo de los clubes chicos, pesaron los recientes descensos de River e de Independiente a la B Nacional, un modo de decir que ya no hay excusas. El promedio, se recuerda, toma en cuenta la cantidad de puntos de cada equipo en las últimas tres temporadas. En la reestructuración, se estima, determinarán que las temporadas vuelvan a ser anuales, por lo que en 2018, 2019 y 2020 seguirán los descensos a partir del actual formato de coeficientes. En 2021, ya con entre 20 y 22 equipos en la Primera División, descenderán los peores ubicados en la tabla general. El torneo que empezará después de la Copa del Mundo de Rusia será de transición, durará seis meses. «Son los cambios que hay que producir en el fútbol, tener torneos más profesionales donde podamos revalorizar el producto que tenemos», sostuvo Tapia. 

El sistema de promedios tuvo su versión anterior a 1983. Fue implementado por primera vez en 1957, con Raúl Colombo como presidente de la AFA. Duró hasta 1963, cuando se suspendió, como ahora, y se regresó al mecanismo de que abandonaran la categoría el último y el anteúltimo de la tabla de posiciones. Desde la vuelta con Grondona, los perjudicados casi siempre fueron los equipos recién ascendidos. San Martín de Tucumán, por ejemplo, descendió tres veces sin estar nunca entre los cuatro peores puntajes de la temporada. En el Clausura 2004, Talleres de Córdoba terminó tercero y, sin embargo, quedó en la zona de Promoción, perdió ante Argentinos y cayó a la B Nacional. Otros tantos casos curiosos ocurrieron en el Ascenso. Hasta que River, el primer beneficiado por los promedios en 1983 ya que había queda anteúltimo en la tabla de posiciones, descendió vía Promoción en 2011 y la historia cambió. El descenso de Independiente en 2013, y la llegada a la presidencia de la AFA de un hombre del Ascenso, inclinaron quizás la balanza para cortar otra vez más con los promedios.