Carlos Tevez cortó sus vacaciones pagas en China para volver a jugar la Copa con Boca. Lucas Pratto cambió Belo Horizonte por Núñez para estar más cerca de su hija, pero también con la Libertadores como señuelo. Lautaro Martínez convenció a su representante de que el Atlético de Madrid podía esperar una temporada más porque quería darse el gusto de jugar esta Copa con Racing. Ariel Holan tiró para atrás su renuncia no sólo porque acomodó sus números y su seguridad: también porque quería cumplir con el sueño de cambiar la platea como espectador de su Independiente copero por el de dirigirlo desde el banco. Son algunas de las figuritas que forman el álbum de esta Copa Libertadores que comienza mañana y que se anuncia como una de las más interesantes de los últimos años.

Los tres partidos que inauguran la fase 1 de la edición 59 de la Libertadores no lo demuestran: Montevideo Wanderers-Olimpia, CSD Macará-Deportivo Táchira y Oriente Petrolero-Universitario. Pero esta será una copa estelar. De los 25 campeones en la historia, habrá 17 que intenten repetir la gloria. La presencia de los grandes a nivel continental está garantizada como nunca antes. Es la consecuencia del nuevo formato que implementó la Conmebol, que busca lavar la imagen que quedó después del FIFA Gate con una Libertadores que se copia de la Champions League con las fases previas y que a partir del año próximo tendrá una final a partido único y en sede neutral.

Argentina, el país más ganador del torneo, aportará cinco de esos campeones: Boca, River, Racing, Independiente y Estudiantes de La Plata. A esos se le suman Banfield y Atlético Tucumán, que completan esta presencia récord para el fútbol argentino. En sus planteles, los siete equipos nacionales cuentan con al menos un futbolista que alguna vez levantó la Copa: Augusto Batalla, en Atlético Tucumán; Nicolás Bertolo, Enzo Kalinski y Jesús Dátolo, en Banfield; Damián Albil, en Independiente; Neri Cardozo, en Racing; Carlos Tevez, Sebastián Pérez, Emmanuel Mas y Julio Buffarini, en Boca; Mariano Andujar, Gastón Fernández, Leandro Desábato y Rodrigo Braña en Estudiantes; y Franco Armani, Jonatan Maidana, Gonzalo Martínez, Ariel Rojas, Camilo Mayada, Leonardo Ponzio, Rodrigo Mora y Enzo Pérez en River.

Banfield será el único de los argentinos que juegue esas fases previas. El resto, ya está en la zona de grupos. El debut del Taladro será el martes 30 ante Independiente Del Valle, en una serie ida y vuelta que definirá quién ingresa en el grupo. Dátolo, con 33 años, atraviesa la trigésima pretemporada de su carrera. En viaje al predio de Luis Guillón para entrenarse con Banfield, el mediocampista que ya ganó la Libertadores con Boca explica por qué esta preparación es distinta a otras: «Aunque sea inconsciente, te lleva a dar un plus. Jugar la Libertadores con Banfield, el club que me vio nacer, va a ser un sueño para mí. Estamos ilusionados con entrar a la fase de grupos, que es lo que sueña el club». 

Alrededor de la Libertadores se han construido todo tipo de leyendas. Si se habla de la Copa se habla de mística y de tradición. Hay equipos a los que se los conoce como coperos. Y hasta entrenadores o jugadores especialistas. San Lorenzo, por caso, contrató en 2014 a Edgardo Bauza como entrenador porque ya había sido campeón con Liga de Quito en 2008. El Patón terminó con la obsesión que persiguió el Ciclón durante medio siglo. Para esta edición, por ejemplo, la Academia se inclinó por Coudet porque quedaba el recuerdo de su Rosario Central en la Copa que protagonizó en 2016.

El equipo que más veces (7) ganó la Libertadores es Independiente. El uruguayo Ricardo «Chivo» Pavoni estuvo en cinco de esas siete ocasiones. «Cuando yo llegué, Independiente ya la había ganado en 1964. Era como una costumbre. Más que una costumbre –reconoce el uruguayo de 74 años– era una presión. La Copa es distinta a todo. La experiencia pesa. Nosotros sabíamos que jugábamos contra otros equipos de menor categoría y ese plus nos hacía sentir confiados. Y el rival sabía que se enfrentaba a una institución.»

Al Rojo lo sigue Boca con seis. Sebastián Battaglia es el mayor ganador de títulos de la historia del club y estuvo en las cuatro Libertadores que el Xeneize ganó en este siglo. Para el mediocampista, la competición continental tiene otra magia: «Un partido de Copa tiene un sabor especial, por ser entresemana, de noche hasta la gente lo vive de otra manera. Se nota en el ambiente, hay una sensación especial en la cancha cuando hay un partido de Copa».

La obsesión, como cantan algunas tribunas del fútbol argentino, se llama Copa Libertadores. Este año será récord por la cantidad de participantes argentinos que competirán, pero también porque esos equipos abrieron la billetera como pocas veces. Se sabe: en el fútbol, la plata no siempre hace la felicidad. Pero esa es la apuesta de los clubes grandes que invierten millones para intentar conquistar el cielo de América. «