Apenas 30 días faltan para que comience la Copa América 2021, con sede compartida entre Argentina y Colombia. El fixture del torneo marca que el domingo 13 de junio, en el estadio Monumental, Argentina y Chile abrirán la copa. A menos de un mes nadie puede confirmar que realmente eso vaya a suceder. Con el estallido social que atraviesa Colombia, más el pico de casos que vive Argentina, lo que vaya a suceder con la Copa América es un interrogante enorme. A medida que la cuenta regresiva baja, las dudas crecen.

Ya postergada en 2020, Conmebol tiene asumida hace meses la misión de que el torneo se dispute. Incluso, si es necesario, se puede mudar la sede de urgencia. En las últimas semanas los rumores indicaron a Paraguay y a Chile como posibles soluciones de último minuto. “Creemos que es muy difícil que se suspenda, yo lo veo imposible. Después, no sé lo que pueda suceder en un país u otro y seremos respetuosos”, dijo el argentino Gonzalo Belloso, director de Desarrollo de Conmebol. En esas dos oraciones parece haber una pista. “No se han comunicado con nosotros para tener eventualmente una posibilidad, si es que Colombia o Argentina desisten de organizar la Copa América. Pero siempre vamos a estar disponibles porque en pandemia ya hemos logrado sacar adelante eventos internacionales muy importantes», señaló la ministra del Deporte chilena, Cecilia Pérez.

A diferencia de lo que ocurrió la semana pasada, para estos días se resolvió que Colombia sí albergue los partidos de Libertadores y Sudamericana que marcaba el fixture. Junior-River y América de Cali-Atlético Mineiro, en Barranquilla; Atlético Nacional de Medellín – Nacional de Uruguay, en Pereira. Grupos de manifestantes y barras de los equipos organizan un boicot a los partidos, para impedir que se pueda jugar en medio de esta crisis. Aunque con inconvenientes, la prueba fue superada para Conmebol. En Junior-River hubo que interrumpir la entrada en calor de los futbolistas y el primer tiempo, porque los gases lacrimógenos que llegaban de la represión fuera del estadio molestaban a los jugadores. En Pereira, Nacional en principio se negaba a jugar por considerar que no tenían garantías de seguridad, pero luego de una presión de la Conmebol y del propio gobierno colombiano, el partido comenzó con demora, a la medianoche uruguaya. 



Más allá de las críticas, esos asteriscos no parecen cambiar los planes de la Conmebol, que busca continuar adelante pese a todo. Este martes presentó la canción oficial del torneo, que tampoco logró entusiasmar demasiado a los fanáticos del fútbol. Se trata de una reversión de “La Gozadera”, una canción que ya tiene seis años y que no identifica ni a Colombia ni a Argentina. Este jueves habrá una reunión virtual, en la que se ratificarán las sedes, aunque también por lo bajo y en silencio se prepara un plan B.


Las sedes argentinas serán: el Monumental, estadio Ciudad de La Plata, estadio Mario Alberto Kempes (Córdoba), estadio Malvinas Argentinas (Mendoza) y estadio Madre de Ciudades (Santiago del Estero). Además del contexto pandémico, de los estadios que lucirán vacíos y de ser una edición postergada, también desde lo deportivo la Copa América será curiosa. En primer lugar, porque comenzará desde de una doble fecha de Eliminatorias hacia el mundial de Qatar 2022, con solo cuatro días de diferencia. Y además por su formato: sin selecciones invitadas -Australia y Qatar se bajaron por “problemas de calendario”-, se jugará con dos zonas de cinco equipos, de los cuales cuatro clasificarán a cuartos de final. O sea:  cada Selección jugará un partido más que en las últimas ediciones. 

Quien mejor definió el contexto que vive el fútbol sudamericano, en la víspera de este torneo es Oscar Washignton Tabárez. El Maestro no solo le debe su apodo a su pasado como docente, también por su claridad para explicar algunas aristas del ámbito de la pelota: «Lo que genera una Copa América, con el traslado de gente, el turismo y la fiesta que inspira, no creo que se pueda vivir para esta oportunidad, se juegue donde se juegue. Para ser más gráfico, esto no es fútbol; es una versión del fútbol universal, muy atenuada por esta terrible pandemia que estamos sufriendo».