Agropecuario Argentino es el club de los récords. «El sojero», como se conoce al equipo de Carlos Casares acaba de ascender a la B Nacional y dio la nota para meterse en la historia por diferentes motivos. Fundado el 23 de agosto de 2011, se transformó en el club más joven en llegar a la segunda categoría del fútbol argentino. Además, consiguió tres ascensos consecutivos, ya que en 2015 subió en el Federal C, un año más tarde hizo lo propio en el Federal B y ahora volvió a dar la nota. Ningún equipo había logrado subir tan rápido a la B Nacional. 

Pero más allá de los números, Agropecuario tiene una historia muy particular. Fue fundado por el empresario Bernardo Grobocopatel, un millonario dedicado a la empresa familiar que lleva su apellido y que antes había intentado meterse en el fútbol desde el lugar de sponsor, hasta que se dio cuenta que podía tener su propio club y ser a la vez el presidente. Aunque ya había otras cuatro instituciones dedicadas al fútbol en una ciudad de 18 mil habitantes, se largó con su proyecto y construyó un estadio para ocho mil espectadores, que recién logró colmar en los últimos dos partidos del Federal A previos al ascenso. 

«Estoy muy emocionado, es que toda la vida soñé con tener un club de fútbol porque mi vida es el fútbol. Tuve la suerte de nacer con todo lo que la gente puede soñar, pero me faltaba esto», confesó Grobocopatel , ahijado de Gustavo, el llamado «Rey de la Soja» . En declaraciones a la agencia Télam, el empresario mostró su alegría: «Puede vencer el prejuicio de quienes dicen: ‘éste lo tiene todo’. No lo tenía todo, me faltaba esto, que es un sueño que estoy cumpliendo. Y lo más lindo es que esta historia que comenzó en mi cabeza de loco ahora se está traspasando a la gente».

«Este es un logro increíble pero lo más importante es que el club siga creciendo y que yo sea cada vez más prescindible para que no pase lo mismo que ocurrió, por ejemplo, con Loma Negra», asumió el presidente en referencia al club de Olavarría, ligado a la familia Lacroze de Fortabat, que tuvo una breve época de apogeo entre 1981 y 1983 cuando jugó en Primera División. 

Para ganarse la simpatía de los habitantes de Casares, Grobocopatel siguió la sugerencia de un amigo y dejó de jugar la Liga local porque ello fragmentaba el fanatismo con los otros equipos de la ciudad que compiten en ella (Atlético, Boca, Argentina 78 y Defensores). «Desde que lo hicimos hace dos años la gente se prendió mucho con el equipo, en todo sentido, voy al supermercado y me felicitan. Para mí es algo muy movilizante porque todo lo hago con mucha pasión. Siento que hoy es un proyecto de todo el pueblo», contó Grobocopatel. 

Y eso que cuenta el presidente se pudo ver el domingo. Como en la última fecha Agropecuario quedó libre, debía esperar noticias desde el norte del país para saber si se daba el ascenso o debían jugar un desempate. Los hinchas esperaron en sus casas y bares el resultado del partido que, finalmente, Gimnasia y Tiro de Salta le ganó a Gimnasia de Mendoza y decretó el ascenso del club de Carlos Casares. Una vez terminado el partido, los jugadores de Agropecuario se vistieron con los colores verde y rojo del club y se subieron a un tractor y a la caja y el techo de la cabina de un camión, con los que recorrieron las calles casarenses y compartieron su alegría junto a los vecinos, que coparon las calles del centro para celebrar.

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