Lo del 2 de enero, en La Bombonera, por el grupo A de la zona campeonato de la Copa Diego Maradona, fue acaso un anticipo de lo que vendría para este año. El entretenido empate 2 a 2 entre Boca y River llegó después de un 2020 sin superclásicos, algo que no se daba en el fútbol argentino desde 1929. Pero no fue el único choque tradicional que no se jugó, en un calendario marcado por el parate debido a la pandemia y la improvisación posterior para intentar condensar el torneo en solo tres meses. En 2020 apenas hubo un clásico en Primera División, el 9 de febrero pasado, antes de que el Covid-19 llegara a la Argentina, Racing le ganó 1 a 0 a Independiente. Aunque todavía sin público en los estadios, el 2021 al menos traerá más emociones.

Por eso el sorteo del fixture de la Copa de la Liga Profesional que arrancará el próximo viernes despertó cierta efervescencia, más allá de las críticas por ser la séptima temporada consecutiva en que la principal competición del fútbol argentino cambia de formato. Con los 26 equipos divididos en dos zonas de 13, habrá cada fecha un partido interzonal que será un clásico, a excepción de algunos cruces forzados como Aldosivi-Patronato o Godoy Cruz-Talleres, equipos que no tienen a su rival histórico en Primera. “Lo primero que miré en el teléfono fue cuándo jugábamos con Huracán. Era lo que queríamos saber todos: si de local o de visitante y en qué fecha tocaba el clásico”, dijo después del sorteo -que no fue televisado- Marcelo Tinelli, presidente de la Liga Profesional de Fútbol y de San Lorenzo. 

Fue, al cabo, la reacción promedio de la mayoría de los futboleros, con cierta abstinencia de medirse con su rival. A modo de rápido repaso: el clásico rosarino no se juega desde septiembre de 2019,  Huracán y San Lorenzo no se cruzan desde octubre de ese año, lo mismo que Unión y Colón. 

Aunque los clásicos interzonales parezcan sólo una creación hecha a medida para ponerle condimento a un torneo de 26 equipos que debe terminar antes de junio para que se dispute la Copa América, digitar el fixture según los clásicos forma parte de la tradición del fútbol argentino: el 4 de noviembre de 1934, el primer día ejecutivo de la AFA tras la fusión de la Asociación Argentina de Football y la Liga Argentina de Fútbol, se jugó una fecha de clásicos con los 14 equipos que formaban parte del campeonato de 1934 a modo de celebración. Estos fueron los resultados: Boca 2-River 0, Independiente 1-Racing 1, Huracán 2-San Lorenzo 1, Vélez 6-Ferro 0, Estudiantes 1-Gimnasia 1, Atlanta/Argentinos (jugaron juntos ese año) 1-Chacarita 3, Platense 2-Talleres R.E/Lanús (jugaron juntos ese año) 2. 


Los interzonales que animan el clásico de cada fecha también se disputaron en los Nacionales y Metropolitanos, durante los 70 y 80. Entre 2015 y 2017, se retomó la idea de la fecha de los clásicos, aunque con el formato de los 30 equipos fueron aún más los cuadros que quedaron emparejados por cuestiones que no tenían que ver con la rivalidad. Para la anécdota quedó la fecha 12 del Campeonato de 2016, la de los clásicos: fue la de menos goles de todo el torneo, con el Superclásico, el clásico de Avellaneda, el de La Plata y el de Rosario igualados a 0. En los últimos años, ese formato se llevó incluso a los torneos de Divisiones Inferiores, en un esquema que no está pensado en ratings ni en venta de entradas sino en la búsqueda del sentido de pertenencia de los juveniles.

Los clásicos forman parte de la tradición histórica del fútbol argentino, uno de los sellos que lo distinguen en el mundo. Y también desde la fundación de los clubes la rivalidad ayuda a la formación de la identidad de cada equipo, algo que en los últimas semanas comenzó a preocupar en Europa: una nota del diario Le Monde indica con preocupación que en los últimos años la identidad de los clubes y la de los hinchas perciben “un divorcio alarmante”. A diferencia de lo que ocurre en otras partes del mundo, en un país unitario hasta para el fútbol, la mayoría de las rivalidades se dan por cercanías geográficas y no tanto por motivos deportivos. 

“Argentina tiene clásicos en todas las ciudades. Hay clásicos que son zonales, otros que tienen que ver con la historia y otros son rivalidades que se fueron construyendo con el tiempo. Y hay algunos que fueron mutando porque un equipo se mudó de barrio o de ciudad, pero nosotros somos muy conservadores en el fútbol y esa rivalidad queda, como pasa con Atlanta-Chacarita, por ejemplo, aunque desde 1945 que Chaca está en San Martín. Es un tema que tiene miles de aristas, pero como futbolero lo bueno es que estos partidos se jueguen”, dice el periodista Alejandro Fabbri, autor del libro Clásicos, pasado y presente de las grandes rivalidades del fútbol argentino (Ed. Planeta).

Platense-Sarmiento (Junín), Atlético Tucumán-Central Córdoba (Santiago del Estero), Argentinos-Vélez, San Lorenzo-Huracán, Boca-River, Banfield-Lanús, Talleres-Godoy Cruz, Patronato-Aldosivi, Racing-Independiente, Estudiantes-Gimnasia, Defensa y Justicia-Arsenal, Rosario Central-Newell’s y Colón-Unión son los trece interzonales que se jugarán en el próximo semestre, algunos un poco forzados por la composición de los equipos de Primera División. A Platense no lo emparejaron con Argentinos sino con Sarmiento, el otro equipo recién ascendido, para que se pueda postergar el primer partido y ambos equipos tengan tiempo de preparación. Tal vez el más forzado de los choques interzonales, por distancia e historia, sea el de Patronato y Aldosivi. 

La historia del Tiburón y su verdadero verdadero rival es la historia de un clásico prohibido. Aldosivi y Alvarado no se cruzan desde el 10 de agosto de 1997. El partido duró sólo media hora: el lío entre las hinchadas obligó a suspenderlo. De ahí en más no volvieron a jugar, y no solo porque no coincidieron en la categoría. Ni siquiera en Inferiores. Ni en amistosos. Ni en partidos solidarios: en 1997 glorias de cada club habían organizado una jornada a beneficio en el Estadio José María Minella, pero las amenazas crecieron en las redes sociales y el partido se tuvo que jugar con equipos mezclados. En 2011, cuando la Copa Argentina se volvió a disputar, todos los clubes se pusieron de acuerdo en intentar hacer coincidir las llaves con su clásico rival, para generar expectativa. Los equipos marplatenses se negaron por temor a incidentes. 

Algo similar plantearon la mayoría de los equipos grandes antes de la reanudación del fútbol pospandemia. Sin posibilidad de vender entradas, y con las consecuencias negativas que podía traer una derrota en un clásico tras seis meses de parate, organizaron un torneo sin clásicos. Por eso en 2020 hubo apenas uno. En 2021 llegó el tiempo del desquite.