En la final del torneo Sub 21 Esperanzas de Toulon 1998, Argentina le gana 2-0 al local Francia. El segundo gol, a los 69 minutos, lo marca Walter Samuel: tras un córner de Juan Román Riquelme, ataca la pelota, le mete un tacazo. En el equipo que dirige José Pekerman juega Lionel Scaloni, con el número 18 en la camiseta. Argentina, la selección del entrenador Scaloni y el ayudante de campo Samuel, jugará el domingo 18 ante Francia la final del Mundial de Qatar 2022. En el cuerpo técnico de Scaloni, Samuel reivindica a los hombres silenciosos, al trabajo callado, detrás de escena, y también a la estirpe de los defensores centrales argentinos férreos, a Nicolás Otamendi, Cuti Romero y Lisandro Martínez. Porque Samuel, en tiempos de N° 6, de central izquierdo, era “El Muro”. Aunque en la concentración en la Universidad de Qatar le digan, por lo bajo y en joda, “El Mudo”. En los cuartos de final ante Países Bajos -récord de tarjetas amarillas en un partido de un Mundial (18)-, Samuel, sin embargo, fue amonestado por el árbitro español Antonio Mateu Lahoz por “hablar” desde el banco.

Samuel jugó el Mundial Japón-Corea del Sur 2002, el de la selección de Marcelo Bielsa. En Alemania 2006 no fue citado por el propio Pekerman, su guía de juvenil, que priorizó entre los centrales zurdos a los Gabriel, Heinze y Milito. Samuel se enojó con Pekerman. Pero hubo reencuentro y abrazo. Sanó la herida y, sobre todo, entendió aún más la decisión después de haberse sumado al cuerpo técnico de Scaloni. Volvió en Sudáfrica 2010, con Diego Maradona: lesionado, salió en el segundo partido, su adiós como jugador en un Mundial. “Es un ayudante extraordinario -apunta Hugo Tocalli, ayudante él de Pekerman, y padre de Martín, el entrenador de arqueros de la selección-. Walter ve muy bien el fútbol, habla muy poco, y lo que dice es para escucharlo. Los jugadores le hacen caso, porque le habla bien al jugador. Eso es Samuel”. Durante los partidos, Samuel entrega indicaciones puntuales. Y cuando Scaloni le chifla al preparador físico Luis Martín a qué suplente tiene que llamar para que ingrese, Samuel, birome en mano, se le acerca con un cuaderno de apuntes pre estudiados. El repaso.

Samuel se sumó a Scaloni y Aimar en agosto de 2018, antes que Roberto Ayala, también central de Argentina en Mundiales. Pero Ayala no trabaja tanto en el campo. Su función es más la de un relacionista público. Lo vimos en las previas de los partidos de Argentina en Qatar, hablando con la transmisión oficial. Diego Markic, ayudante del Vasco Arruabarrena en la selección de Emiratos Árabes Unidos, rival de Argentina en la previa de Qatar, fue compañero de Scaloni y Samuel en aquel torneo Esperanzas de Toulon 1998. “De Walter, me sorprendió. No daba el perfil de técnico, era muy callado -dice Markic-. Pero lo encontré con mucho conocimiento, metido y a gusto con lo que hace. No habla mucho, pero en la intimidad, en el día a día, habla”. En 2020, Samuel le dijo al periodista Federico Cristofanelli en Infobae: “Cuando les hablamos a los defensores no es que nos sentimos con más derecho, pero es la posición que más conocemos y lo hacemos con más seguridad. Pero tratamos de ayudar a Lionel, que es lo principal. Vinimos a la selección porque nos eligió él”.

En enero, Samuel fue el DT principal de la selección en el triunfo 2-1 ante Chile en Calama por las Eliminatorias. Scaloni y Aimar habían dado positivo de Covid. No le quedó opción: se presentó en la conferencia de prensa post partido, pero con periodistas que enviaban preguntas. Duró menos de tres minutos. Ese día no jugó Lionel Messi. Scaloni había decidido no convocarlo, darle un descanso después de que contrajera coronavirus. “Messi -dijo Samuel- es nuestro líder futbolístico, la frutilla del postre”. Nacido en Laborde, Córdoba, Samuel se crió en la ciudad santafesina de Firmat, a 109 km de Rosario. Empezó a jugar en Argentino de Firmat. En un video enviado en agosto por el cuerpo técnico en ocasión del centenario del club, Samuel no habla. En los días mundialistas, su escuela, la Primaria N° 6377 “Evita” de Firmat, le dedicó una clase a su vida (jugó en Newell’s, Boca, Roma, Real Madrid, Inter y Basilea).

“El silencio no es la simple ausencia de ruido: hace posible la fortaleza interior. Casi lo hemos olvidado -escribe el historiador Alain Corbin en Historia del silencio (2019)-. Las referencias auditivas se han desnaturalizado, han perdido fuerza, han perdido sacralidad. El miedo y aun el horror suscitados por el silencio se han vuelto más intensos”. Corbin, 86 años, nació en Lonlay-l’Abbaye, es francés. Samuel no le teme al silencio. Y como en Toulon 1998, todavía le cuida la espalda a Scaloni.