El gobierno volvió a aclarar que “no habrá una reforma laboral” pese a que antes de las PASO era uno de sus principales proyectos en coincidencia con la agenda de las grandes corporaciones que operan en la economía local.

Días atrás, ante el descontento generalizado con la iniciativa oficial, los encargados de bajar el tono del tema fueron el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. En este caso el portavoz de la decisión oficial fue el ministro de Producción, Francisco Cabrera, quien aseguró en diálogo con Radio Continental: “No hay ninguna reforma laboral prevista. Lo que debemos tener son discusiones con el sector de trabajo respecto de los desafíos de una industria más moderna que crece y que debe estar más integrada al mundo”.

En sentido contrario, el funcionario ratificó el proyecto de una reforma tributaria y llamó al empresariado a “no estar preocupados” porque “tenemos un sistema tributario bastante antiguo y cualquier propuesta que hagamos será para modernizarlo, y favorecer la inversión”, aseguró.

El tema de la reforma laboral es uno de los que más turbulencias generan hoy por hoy en la interna de las centrales obreras.

El sábado, el adjunto del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, prometió al gobierno “una pelea muy dura con la CGT” en caso de seguir adelante con el objetivo de modificar la estructura legal del trabajo.

Las empresas avanzaron en propuestas que presentaron al Ejecutivo desde distintos ámbitos privados. La más avanzada es la del sector automotriz, que hace un mes presentó un informe pormenorizado de competitividad del sector con fuerte acento en la regulación laboral.

Esa iniciativa se dio a conocer en el marco de una mesa de negociación específicamente elaborada para ese importante sector de la industria local.

Iguales espacios se abrieron en otros sectores como el petrolero, el de calzado y textiles, el de la construcción y el de industrias como la biotecnología.