El directorio del Banco Central aprobó este martes otorgar “beneficios” dirigidos a la patronal agraria a fin de incentivarla para que venda su cosecha de soja retenida. La decisión, que cuenta con el aval del Poder Ejecutivo, surge tras una serie de desmentidas oficiales en ese sentido.

Si bien no se trata de una medida directa de devaluación o de una rebaja de las retenciones, lo que resolvió el Banco Central es darles dos cosas a los productores agrarios: de un lado, un seguro de cambio, es decir, una garantía de que sus pesos no perderán valor ante el dólar; del otro, acceso ilimitado al dólar minorista que es mucho más barato que los dólares financieros.

La medida es exclusiva para la venta de soja y tendrá vigencia hasta el 31 de agosto.

Un ejemplo puede clarificarla: un productor vende porotos con este mecanismo por valor de $ 1000. El 70%, es decir $ 700, los podrá colocar en un depósito a la vista (dinero que puede retirar en forma inmediata, semejante a una caja de ahorro) cuyo valor evolucionará atado al del dólar oficial. Este tipo de depósito no existía hasta ahora para los productores rurales.

Con el 30% restante, es decir $ 300, el productor puede ir al mercado único de cambios y adquirir dólares. Hasta ahora, los productores tenían los mismos límites que cualquier persona para acceder a este mercado; si lo querían hacer como empresas, debían justificar el pedido de divisas: sea para importar o pagar deudas o regalías.

Consecuencias

La emergencia cambiaria está llevando al gobierno a tomar decisiones que pueden fomentar la inflación y la devaluación. Si los sojeros decidieran vender 5 millones de toneladas (para equiparar con las ventas del año pasado), lograrían sumar a valores de este martes unos $ 220.000 millones netos (descontadas las retenciones). De ellos, hasta $ 154.000 millones podrían ir a los depósitos a la vista y otros $ 66.000 millones al mercado libre de cambios a buscar los dólares.

El seguro de cambio podría implicar una mayor emisión monetaria para compensar la devaluación del peso frente al dólar oficial. Mientras más pesos vayan a parar a esos depósitos a la vista más emisión será necesaria.

Por otro lado, el acceso al mercado cambiario derivaría en más presión alcista sobre el dólar, lo que impactaría en los depósitos a la vista –por la devaluación del peso– con lo que se generaría un círculo vicioso. La suba del dólar pegaría, además, en los precios internos, alimentando la inflación. Por último, la demanda de dólares oficiales golpearía las reservas del BCRA.

Hay que tener en cuenta que la decisión del Banco Central mejora en forma superlativa la capacidad de los productores de soja para preservar el valor de sus pesos frente a la pérdida de valor por la devaluación y la inflación. En primer lugar, porque al colocar el 70% en los depósitos a la vista vinculados al dólar, se evitan comprar un bono u otros instrumento semejante que está sujeto a los vaivenes del mercado. En segundo lugar, porque al acceder al mercado cambiario por el 30% restante, adquieren dólares a $ 235 (valor de este martes) a los que hay que restarles la devolución del 35% de anticipo de Ganancias (queda a $ 160 neto) mientras que en la actualidad lo compran a $ 320 vía el dólar MEP o el contado con liqui.

Rechazo

En sus primeras apariciones públicas, los integrantes de la Mesa de Enlace rechazaron la medida anunciada por el Banco Central. El sector reclama una devaluación lisa y llana y una reducción de las retenciones, una u otra o las dos juntas. Anunciaron, además, un próximo encuentro para dar una respuesta unificada a la propuesta oficial.