El conflicto sindical en Aerolíneas Argentinas escala tras el fracaso de la segunda reunión entre los Sindicatos Aeronáuticos Unidos (SAU) y la administración de la empresa, que intenta hacer pie entre la presión gremial y las intrigas de la empresa y el Ministerio de Transporte.

Los gremios denunciaron que la empresa ratificó las sanciones al personal que paró el 8 de noviembre cuatro días después de haberlas levantado como un «gesto» para destrabar el conflicto.

El gobierno estalló contra los referentes de SAU, a quienes acusó de romper la mesa de diálogo sin haber escuchado la oferta salarial. Pero los sindicatos pusieron ese eje en un segundo plano y apuntaron los cañones contra la política aerocomercial de Cambiemos, la llamada «Revolución de los Aviones», cuya cara más visible es el titular de la cartera, Guillermo Dietrich.

La ruptura del viernes puso al ministro en el centro de la escena, porque los referentes sindicales cuestionaron como interlocutor válido al presidente de Aerolíneas Argentinas y Austral, Luis Malvido.

En algunos sindicatos sostienen que el titular perdió el respeto de los gremios, los que supieron construir vínculos con los presidentes anteriores, Isela Costantini y Mario Dell’ Acqua. En otros aseguran que Malvido tampoco tiene sostén en el directorio de la empresa y ni entre el personal administrativo, por lo que reclamaron a Dietrich, aparentemente el único soporte de Malvido, que asuma su rol y se ponga al frente de la discusión.

El viernes, en la segunda reunión de la tregua que se abrió el lunes, los técnicos de la empresa se negaron a dejar sin efecto las sanciones a los 376 empleados. Los gremios aseguran que el lunes anterior, el propio Malvido propuso levantarlas para agilizar el diálogo por lo que el repentino cambio de posición fue leído como un indicador de la debilidad del presidente, posiblemente burlado por cuadros menores.

El secretario gremial de la Asociación de Pilotos (APLA), Mateo Ferrería, explicó a Tiempo tras la reunión que «Recursos Humanos desdijo a Malvido, que el lunes fue claro cuando nos subrayó que las sanciones quedaban sin efecto. La mesa está suspendida hasta que se levante la penalidad, porque esta es una extorsión clara y a Malvido o le están haciendo una cama interna o perdió el poder dentro de la estructura».

La empresa, sin embargo, hizo hincapié en la oferta salarial. Según el comunicado oficial, incluía un ajuste retroactivo al 1 de octubre que consistía en «una suma fija a pagar con los sueldos de diciembre y un ajuste porcentual posterior».

La gestión informó que también se «buscó proponer abrir con urgencia una mesa de diálogo sobre nuevas formas de organización laboral y de interpretación de las normas y pautas de trabajo» y «un mecanismo de autocomposición previa de conflictos para evitar medidas de acción directa encubiertas o no».

Sobre las sanciones a los 376 empleados que pararon el 8 de noviembre, la voz oficial aseguró que el lunes 3 solamente «se pactó iniciar conversaciones» pero no aclaró si esas fueron las palabras exactas de Malvido, a quien citan los trabajadores.

A la reunión, que se realizó a las 12 en Aeroparque, asistieron, además de APLA, dirigentes de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA); de la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA); de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA); y de la Unión del Personal Superior Aeronáutico (UPSA).

Dos horas antes la empresa recibió por separado al gremio de Aeronavegantes, el único que no tiene personal sancionado por el paro del 8 de noviembre.

El secretario gremial, Andrés Junor, consignó que la administración hizo una propuesta salarial relativa a la cláusula gatillo de la paritaria 2017 y una adecuación compensatoria para el lapso octubre 2018-marzo 2019 «sin cerrar la paritaria» del año próximo.

Junor señaló que el gremio se retiró de la reunión con la oferta que ahora va a tratar el gremio puertas adentro. Aseguró, además, que la empresa reclamó discutir el convenio colectivo pero que recibió la negativa de la contraparte sindical. La empresa no insistió. «

Pilotos del exterior

En medio del conflicto por los salarios y las sanciones que Aerolíneas Argentinas impuso a 376 trabajadores aeronáuticos tras el paro del 8 de noviembre, surgió un nuevo foco de conflicto.

En los últimos días el gobierno de Mauricio Macri dio una estocada con la publicación de la Resolución 895/18 de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANC), que facilita la reválida de licencias a pilotos extranjeros sin la necesidad de rendir exámenes teóricos.

En medios sindicales se señala que esta norma apunta a facilitarles a las aerolíneas pilotos fuera de convenio.

El viernes pasado, en una manifestación en Aeroparque por el 68° aniversario de Aerolíneas Argentinas, el secretario general de APLA, Pablo Biró, advirtió que «comienza un conflicto de alta intensidad» en rechazo a la normativa. 

Como consecuencia directa de esa oposición, el lunes los pilotos debatirán medidas de fuerza, en el caso de APLA, un paro por 48 horas. La medida del gobierno «favorece la pérdida de la soberanía», alertó Biró.