El conflicto que enfrenta a los trabajadores de Algodonera Avellaneda con el Grupo Vicentin dio una vuelta de tuerca: según la denuncia del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros y Desmotadores de Algodón de los Departamentos General Obligado y San Javier, ahora los dueños de Vicentin quieren imponerles a los trabajadores el encuadramiento sindical e impedirles organizarse en Aceiteros.

El tema incluso trascendió los límites de Algodonera Avellaneda y fue motivo de discusiones entre las patronales y cámaras empresarias del norte de Santa Fe, que ven con preocupación que los trabajadores decidan incorporarse a un sindicato con mejores convenios y –lo más importante- que lucha para sostener sus reivindicaciones.

Destrato y ninguneo

La planta –ubicada al lado de la sede central de Vicentin, en la localidad de Avellaneda– se encuentra paralizada desde julio pasado por la decisión empresaria de no pagar su parte de los salarios (la otra parte provino del programa estatal ATP) y pretender completar el saldo con especieas (carne del firgorífico Friar y aceite Vicentin, ambos elaborados por el propio grupo Vicentin). Los trabajadores se declararon en conflicto.

En rigor, los problemas de Algodonera Avellaneda vienen de mucho tiempo atrás, sólo que no trascendían. La empresa pagaba salarios muy bajos y a veces lo hacía en especie. A diferencia de lo sucedido en julio pasado, antes los trabajadores aceptaban esa modalidad de pago por la presión de los sindicatos textiles que los representaban.

Hartos del destrato y de la falta de pago completo de sus salarios, los trabajadores comenzaron a realizar paros en febrero y marzo a pesar de la oposición sindical. El ingreso del grupo Vicentin en concurso de acreedores los movilizó.

En ese cuadro, los más de 400 trabajadores de la planta decidieron retirarse del sindicato textil y pasarse al Aceitero que, de hecho, ya participó de alguna de las audiencias convocadas por Trabajo provincial.

Reacción empresaria…

La decisión de los trabajadores debería ser autónoma, es decir, soberana. Pero provocó rechazo entre los empresarios. El martes último se reunieron referentes del Consejo Regional Económico del Norte Santafesino (Corenosa), la Cámara de Comercio Exterior del Norte Santafesino, el Centro Industrial y Comercial de Avellaneda y las sociedades rurales de Reconquista y Romang, entre otras entidades, en la Sociedad Rural de Avellaneda para discutir este tema.

“Queremos expresar nuestra alta preocupación por la postura adoptada por el ministro de Trabajo de la Provincia de Santa Fe, que avaló el incumplimiento de la Ley de Asociaciones sindicales al permitir que los trabajadores elijan libremente su convenio colectivo de trabajo sin tener en cuenta la actividad afín”, plantearon las patronales en un comunicado.

Ellas aseguran que el principio de libertad sindical establece que cada trabajador tiene el derecho de afiliarse, o no, a la asociación sindical en cuyo ámbito se encuentra comprendido. “De prosperar esta situación afectaría a todos los trabajadores poniendo en riesgo la fuente de trabajo. ¿Acaso, los docentes o municipales de no estar de acuerdo con el aumento salarial ofrecido por el gobierno, podrían solicitar afiliación al gremio de aeronáuticos o aceiteros? El punto es que el convenio colectivo es un acuerdo de partes en base a la realidad propia de cada sector”, insistió el comunicado.

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… Y respuesta obrera

Ante la avanzada patronal, el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros y Desmotadores de Algodón de los Departamentos General Obligado y San Javier respondió con un duro comunicado en el que asegura que Vicentin “pretende manejar los sindicatos como una oficina más de recursos humanos” y agrega: “Claramente, para el poder económico de la región esos trabajadores son un mal ejemplo, y temen que este despertar siembre un ejemplo que sea imitado por otros y otras. Esperamos que sea así, que nadie acepte nunca más vender su fuerza de trabajo por salarios de hambre”.

Respecto del reclamo patronal, Aceiteros aseguró que “no se trata de un problema de encuadramiento, porque eso no es lo que los inquieta. Muy por el contrario, su queja evidencia su preocupación y su temor ante la decisión de los trabajadores y trabajadoras de avanzar en sus reclamos por un salario digno”.

En ese sentido, señaló el texto que “este sector político que se juntó en la Sociedad Rural de Reconquista, identificado con el macrismo y por sobre todas las cosas con el sector más pudiente de la sociedad, lo que reclama es que se les prohíba a los obreros el derecho a la libre organización, que se organicen para cobrar un salario que les permita cubrir las necesidades básicas de sus familias y que reclamen por condiciones de seguridad dentro de las fábricas”.

Y agrega: “La solución a este conflicto es sencilla: la empresa no puede seguir pagando salarios que rondan entre 20 y 25 mil pesos mensuales, y que hunden a los trabajadores en una situación de pobreza. A diferencia del resto del grupo Vicentin, los obreros y obreras de Algodonera Avellaneda son pobres, aún trabajando sábados, domingos y feriados, rotando mañana, tarde y noche; pero se han decidido a dejar de serlo y para ello se han organizado”.

Y concluye: “Que sepan que pueden exigir el cumplimiento del (artículo) 14 bis de la Constitución Nacional, que garantiza a todas las personas que trabajan un salario digno, y el derecho a organizarse sindicalmente de manera libre y democrática, en el sindicato que elijan ellos y no las patronales”.