Con la efervescencia que produjo el paro del gremio de pilotos APLA, que encabeza Pablo Biró, reverdeció el debate por la flexibilización laboral que ronda el Congreso de la Nación y amenaza con precipitarse especialmente sobre el mercado y el empleo aeronáutico.

La iniciativa sindical provocó la irrupción de la presidenta de Aerolíneas, Isela Costantini, en los medios. En una nota para el diario estadounidense The Wall Street Journal, la ex General Motors criticó a la gestión previa de Mariano Recalde por no haber tenido «una cultura de costos».

«Costo» es una de las palabras fetiche de la administración macrista y del discurso empresario, que designa con ella a una lista de variables en la que se destacad el salario. Sin abandonar la apelación a la identidad «familiar» de la línea de bandera, Costantini planteó que las interrupciones del servicio son «contra nosotros mismos» y pidió a los empleados ideas para identificar lugares de donde poder recortar el gasto y «recuperar» lo perdido por la medida de fuerza.

La sugerencia de la empresaria agitó todavía más a los pilotos. Informalmente, los trabajadores acusaron a la conducción de AA: «Costantini se preocupa por los sueldos de los pilotos, que están siendo afectados por Ganancias, y no dice nada de lo que cobran los gerentes que entraron en su gestión», dijeron las fuentes. «A todo esto –se preguntaron- ¿Cuánto gana la ex CEO de General Motors mientras que lo único que propone para Aerolíneas es un furioso plan de ajuste?»

«Algunos (de los gerentes de Aerolíneas) incluso participaron en el gobierno anterior y cambiaron totalmente su discurso», amplió la denuncia. «Tienen salarios que superan los $ 200 mil y en algunos casos sueldos superiores ‘reservados'», agregaron.

El malestar no se circunscribe únicamente a Aerolíneas. Esta semana, el gremio de la Unión del Personal Superior Aeronáutico (Upsa) anunció que iniciaba un «estado de alerta y movilización permanente ante la pérdida de puestos de trabajo y cambio unilateral de condiciones de empleo en las empresas del grupo Lan».

A propósito de los males aeronáuticos, una suerte de oda a la precarización laboral resultó esta semana del patrocinio de la Secretaría de Medios Públicos, que encabeza Hernán Lombardi, a un homenaje que se realizó a la española Iberia en el Centro Cultural Kirchner.

Iberia figura en la historia de la aviación local como la empresa que llevó adelante el feroz desguace de la línea argentina en la privatización de los ’90. Ajeno a ese recuerdo, Lombardi se limitó a expresar que con Iberia «tuvimos vicisitudes pero la relación es crucial». «