La recesión prometía un tendal de despidos y suspensiones y está cumpliendo con particular dureza en la industria automotriz.

Solo en julio las terminales radicadas en el país despidieron a 342 operarios y suspendieron a otros 1.500, según enumeró este lunes un informe del Centro de Economía Política de la Argentina (CEPA).

Los suspendidos que denuncia el trabajo privado son los de la empresa General Motors (GM), que el mes pasado decidió suspender a todo su personal por una semana al mes hasta fin de año con una rebaja del salario de convenio del 25 por ciento.

Pero a ese número hay que agregar que en los primeros días de agosto Renault informó que suspenderá durante todo el mes a 1.800 operarios por el lapso de 8 días y que además está previsto de la fábrica de camiones Iveco también avance con un plan de suspensiones de personal.

Dentro del alcance del estudio del CEPA, a los 342 despedidos de las automotrices se le suman 1.140 de las autopartitas y otros 1.088 de las metalúrgicas, en un panorama general donde también tambalean otras industrias vinculadas al mundo automotriz, como el vidrio y el plástico.

Los datos están incluidos en un informe de despidos y suspensiones de la economía local a nivel general cuya principal conclusión es que desde que arrancó 2018 las empresas recortaron 154 despidos diarios en promedio, con la industria y el comercio a la cabeza de los sectores más afectados.

En el caso de las automotrices, las empresas defienden las suspensiones que redundan en un ahorro significativo en términos de costo salarial con el argumento de la crisis que impactó en los últimos datos de producción y de ventas de autos cero kilómetro.

Aunque es cierto que esos datos fueron negativos, también lo es que durante todo 2017 y hasta los primeros meses de este año las ventas de las concesionarias locales estuvieron dominadas por la producción extranjera, con lo cual hay que descartar un vínculo causal entre la actividad de las fábricas y la de los puntos de venta.

El Sindicato de Mecánicos (SMATA) contempló las medidas como resultado de negociaciones con las empresas. Los despidos, de acuerdo al razonamiento, aparecen como un mal preferible comparado con la posibilidad de que las empresas despidan personal.

De cualquier modo, las desvinculaciones alcanzaron un número importante al menos hasta julio.

Un dato no menor es que las empresas y el sindicato están negociando con mediación del Estado un programa automotriz que el gobierno denominó Plan 1 Millón en cuyo marco las terminales presionan para que salgan numerosas iniciativas que se encuadran dentro del concepto de la flexibilización laboral.

Aunque ninguna de las partes lo señaló como tal, los despidos y las suspensiones que se amontonan en el sector por estos meses dialogan con ese concepto y al mismo tiempo desentonan con uno de las promesas más fuertes del proyecto de sumar 30 mil trabajadores a una de las industrias más importantes del complejo local de cara a 2023.