El clan Moyano comenzó la semana en quinta y a fondo. El lunes, pegó el portazo en la CGT y comenzó un paro en un gigante como Coca Cola. El martes, continuó con la medida gremial y realizó una marcha en contra de un embargo impuesto por el ministerio de Trabajo.

Las diferencias entre el triunvirato que conduce la central obrera y Camioneros no son nuevas, pero el gremio que conduce Pablo Moyano argumentó que la falta de respaldo ante la imposición de una multa millonaria fue el gesto que terminó por forzar la salida del Consejo Directivo.

En la multinacional de bebidas Femsa, “la medida de fuerza se adopta por diferencias salariales y la falta de aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo 40/89”, explicaron desde el gremio y agregaron: “Hasta el momento, no se descarta un paro nacional de toda la actividad”. Se espera que el ministerio de Trabajo dicte la conciliación obligatoria en las próximas horas, lo cual tensaría aún más el conflicto. El paro se hace efectivo en los cinco centros de distribución de la compañía.

En un segundo frente abierto con Trabajo, Camioneros marchó este martes por la mañana hasta la Cámara ubicada en la calle Lavalle al 1500. El motivo es el embargo de 300 millones impuesto el año pasado por el ministerio que conduce Jorge Triaca y que avaló el juez laboral Jose Ignacio Ramonet, producto de que Sichoca se negó en su momento a pagar una multa de más de $ 1.000 millones, por el incumplimiento de una conciliación obligatoria.

Hugo Moyano (h), abogado de la entidad, sostuvo que se trata de “una decisión política”. Hay “una persecución a las organizaciones sindicales en lucha”, aseguró Huguito al tiempo que advirtió: “De acá, no nos vamos porque no le tenemos miedo a nada”.