El consumo volvió a dar señales de agotamiento. Dos relevamientos publicados en las últimas horas dan cuenta de menores compras en bienes de consumo masivo y en fechas tan simbólicas como el Día de la Madre, uno de los eventos en los que los comerciantes tienen depositadas mayores esperanzas.

En cuanto a los regalos para esa tradicional celebración, el relevamiento en comercios minoristas que realiza CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) arrojó como resultado una caída en las ventas de 4,7% con relación a octubre del año pasado. La medición, realizada a valores constantes tras un estudio que comprendió a 247 negocios de todo el país, mostró reducciones en las ventas de 3,1% en el rubro cosméticos y perfumería, 6,4% en calzado y 2,7% en electrodomésticos, artefactos de hogar y equipos de audio y video. En indumentaria (el rubro donde los precios más crecieron en el último año, según el Indec) el resultado fue todavía mucho peor: 14,9% abajo. En cambio, hubo una suba en celulares y accesorios (6,9%). El ticket promedio de venta fue de $ 8.784.

“Las ventas fueron muy bajas por la inflación. La gente compró un solo producto, para la madre, cuando el año pasado se llevaban para la suegra, la hija o la tía”, fue uno de los testimonios citados en el informe, que correspondió al dueño de un negocio de venta de calzado de la ciudad de Formosa, aunque bien podría extenderse al resto del país.

Pequeños comercios versus supermercados

En tanto, otro estudio que suele servir como parámetro, y que realiza todos los meses la consultora Scentia en los bienes de consumo masivo básicos, arrojó una reducción en las compras de 0,8% en septiembre. Esta fue la primera caída en 14 meses, desde la salida de la pandemia.

En el relevamiento volvió a sentirse la división que hay entre las cadenas de hiper y supermercados, por un lado, en los que las ventas subieron 6 por ciento, y los pequeños autoservicios y comercios barriales, en los que la reducción fue del 6,6 por ciento. En estos últimos, esta vez, la baja fue mayor y eso arrastró el índice general hacia los números negativos por primera vez en más de un año.

Esa grieta entre ambos tipos de comercios se fue agudizando en los últimos tiempos de la mano de Precios Cuidados, un programa de acuerdos voluntarios en el que las empresas aceptan abastecer sus productos a las grandes cadenas a valores más bajos. Pero por fuera de ese circuito, los pequeños autoservicios y almaceneros se quejan de que a ellos los proveedores les bajan sus mercaderías con valores mucho más altos, lo que los pone en desventaja. Ese tipo de comercios de cercanía es al que recurren los habitantes de barrios más carenciados, que no tiene manera de trasladarse hasta los grandes centros comerciales, por lo que se potencia el fenómeno de que los precios más altos afectan a los sectores de menores recursos.

La caída del consumo de la que dan cuenta los dos estudios tiene como trasfondo una misma situación: los altos índices de inflación y el menor poder adquisitivo de los salarios, que se combinan para reducir los volúmenes de compra de la población. Según el Indec, en julio de este año (último dato disponible) los salarios arrastraban una caída de 1,8% con relación a los precios en los últimos 12 meses; 2,5% con relación a diciembre de 2019, comienzo de la gestión de Alberto Fernández; y 21,9% en el acumulado de los últimos cinco años, desde julio de 2017, en la mitad del período presidencial de Mauricio Macri.