Por unas horas, la fachada de la editorial Atlántida se convirtió en una cartelera gremial. En un gran pared de reclamos. Los afiches debajo del bronce que lleva el nombre de la empresa controlado por el holding mexicano Televisa fueron claros. «Paro total por los 25 despidos», se leyó en la hoja que denuncia el accionar de la compañía que el 27 de abril pasado volvió a cesantear a trabajadores de prensa. El 27 de abril de 2016 había hecho exactamente lo mismo con 28 periodistas. Esta vez, sin embargo, la respuesta fue contundente: desde el último jueves se lleva adelante un paro que complica la salida de la revista Gente, Para Ti, Billiken y Paparazzi, algunas de las publicaciones de la compañía. 

En Azopardo y México, retumbaron los bombos y las canciones de las más de 150 personas que se movilizaron hasta la redacción. El sábado, en la Asamblea General del SiPreba, se había votado convocar a una choripaneada para frenar los despidos después de una semana en la que las patronales avanzaron –otra vez- contra el gremio de prensa: a los 25 telegramas en Atlántida, se sumaron 10 en Big Bang News y el cierre del diario gratuito El Argentino, creado por el vaciador Sergio Szpolski y luego editado por el Grupo Indalo. «Sin trabajo no hay libertad de expresión» fue la consigna que nació el sábado en la Asamblea del sindicato y que tuvo su bautismo en la movilización en Atlántida-Televisa. 

«Es una situación muy grave porque echan trabajadores sin que haya un cierre de revistas y anuncian que van a seguir saliendo pero con contenidos importados desde México y otros países», dijo Félix Vallejos, delegado de los trabajadores de Atlántida, que en 2016 también habían sufrido el ajuste patronal. «Hace un año éramos 15 o 20 cuando habían rajado a otros compañeros. No teníamos bombos ni banderas. Hoy somos muchos y estamos organizados. Algo ha pasado en este año que nos ha juntado en las luchas y en las calles», remarcó Tato Dondero, secretario general de SiPreBA.  

Las cesantías de Atlántida no son casuales ni puntuales: exhiben un plan de achique sistemático y programado de parte de la empresa controlado por Televisa, el conglomerado de medios más grande de Latinoamérica. La compañía echó el 15 por ciento de la plantilla, el tope que le permite la ley sin necesidad de presentar un recurso de crisis en el Ministerio de Trabajo por el que, entre otras cosas, tendría que sentarse a negociar con los empleados y poner en común sus balances.  

«Hoy le pasó a estos 25 compañeros y mañana le puede pasar a cualquiera», dijo Vallejos para poner en contexto la problemática que atraviesa al gremio en su conjunto. «Unidad de los trabajadores. Y al que no le gusta, se jode, se jode», fue el grito con el que se cerró la choripaneada para frenar los despidos. La lucha -como siempre- continúa.