La velocidad de los aumentos de precios minoristas contrasta con la de las gestiones en las que se aborda el problema inflacionario. Tras una primera reunión general, la semana pasada, con el ministro de Economía, Sergio Massa, a la cabeza, las compañías de mayor peso en la formación de los precios empezaron a circular esta semana por la Secretaría de Comercio, a cargo de Matías Tombolini.

Los encuentros fueron individuales y en todos los casos el funcionario apeló a la buena voluntad de las empresas como punto de partida para la contención de la escalada. Cada una de las firmas convocadas es dominante del mercado en el que opera y por lo tanto un actor crucial para explicar la tendencia de la formación de los valores al público.

El funcionario complementó la estrategia con un pedido para que las fábricas aumenten sus niveles de producción. Finalmente informó el inicio de las negociaciones para el lanzamiento de la próxima versión del programa Precios Cuidados, remarcando que conceptualmente se buscará darle un perfil de programa de referencia y no de control de precios.

Una de ellas, Molinos Río de la Plata, anunció en la semana una inversión de $ 200 millones en Mar del Plata, en su planta de elaboración de fideos San Vicente. La compañía destacó que el desembolso le servirá para aumentar 15% la producción y también para «sentar las bases de inversiones futuras».

Molinos había sido señalada por el gobierno bonaerense por desabastecimiento de los productos de Precios Cuidados en los canales comerciales de la provincia en mayo de este año.

En los primeros días de agosto, la compañía reportó a la Comisión Nacional de Valores ganancias por $ 5195 millones en el primer semestre del año, una cifra que triplicó el resultado del mismo tramo de 2021 ($ 1636 millones).

El fideicomiso y el pan

En los próximos días, Tombolini y equipo volverán a recibir a los industriales panaderos para terminar de sellar la continuidad del fideicomiso dispuesto por el Estado para desvincular el precio interno de la harina de los precios internacionales del trigo, afectados por la guerra entre Rusia y Ucrania.

El jueves se dio por confirmada la continuidad del esquema aunque con una modalidad diferente, después de una larga serie de cruces con distintas federaciones panaderiles.

La tensión tocó su pico a mitad de semana, después de una reunión con el Centro de Panaderos de Avellaneda. Su titular, Gastón Mora, contó a Tiempo que Tombolini informó el final del fideicomiso y su reemplazo por un giro de dinero a los usuarios de la harina. «Dio por finalizado el fideicomiso», dijo Mora.

Tombolini, en cambio, anunció que la administración nacional hará llegar directamente el subsidio a las panaderías, lo que desde el punto de vista del empresario del sector resultará imposible de ejecutar por la atomización del mercado.

En un tono menos tenso transcurrió el jueves la reunión entre Tombolini y la Cámara de Industriales Panaderos Agrupados del Norte (Cipan).

Esta cámara informó que aceptó la propuesta del subsidio directo y sumó dos propuestas: que el pago no se realice a través del sistema bancario y que no se trate de una suma fija sino un porcentaje del precio de la bolsa de harina.

José Hernández, presidente de la entidad, dijo a este medio que la reunión fue «amena y respetuosa» y anunció que el punto principal de la propuesta es que el beneficio llegue a todos los panaderos del país, incluyendo a los que no tienen CBU.

«Quedamos en que la próxima semana vamos a tener otra reunión para limar los últimos detalles», dijo Hernández, y remarcó: «El fideicomiso no fue dado de baja. Como es un DNU tiene que continuar hasta diciembre. El gobierno reconoció que hubo una dificultad con los pagos por los cambios de autoridades en la secretaría pero el Estado tiene el dinero y lo va a abonar a la brevedad».

Sobre el subsidio directo, el titular del Cipan consideró que «es una idea superadora, porque el beneficio va a llegar directamente al trabajador, que es el panadero». «