Uno de los pocos indicadores económicos que arrojó datos positivos este año fue el de la venta de automóviles 0km, que acumuló 700 mil unidades a lo largo del año, según informó hoy la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA).

La información corresponde al cálculo de operaciones que se registraron entre el 2 de enero y las 16 de este 26 de diciembre. Las empresas del sector esperaban alcanzar esa cifra a fin de año, de acuerdo a un adelanto que ofrecieron a la prensa un mes atrás, al cabo de un 2016 que mostró un ritmo sostenido de las ventas a pesar del marco de recesión general.

Dante Álvarez, Presidente de ACARA, expresó en un comunicado que el total de ventas de este año “ha superado las expectativas planteadas a comienzo del mismo, donde era incierto el nivel de patentamientos anual que se podía proyectar”. Asimismo, el empresario adelantó que la semana próxima se publicarán las cifras finales y consideró “trascendente que ya se hayan alcanzado las 700 mil unidades” vendidas, un número que “le da al sector un buen impulso para comenzar el año próximo con buenos niveles de actividad, y  genera expectativas positivas”.

La curva ascendente de las ventas de autos nuevos llamó la atención en un año en el que el consumo fue siempre a la baja. El alza de las operaciones coincidió con la caída de la industria automotriz local y con el desplome de las ventas de autos usados: los concesionarios locales aprovecharon la llegada de autos baratos desde Brasil, que atraviesa el congelamiento de su mercado de 0km.

Con precios de fábrica significativamente menores a los argentinos, las concesionarias aplicaron descuentos inéditos sobre los precios al público, lo que hizo que la compra de un 0km fuese relativamente conveniente comparada con la adquisición de un usado en buenas condiciones. Sin embargo, las concesionarias no reconocieron esas ventajas. En diálogo con Tiempo días atrás, altos dirigentes de ACARA minimizaron la incidencia de Brasil y atribuyeron los descuentos a estrategias de las firmas General Motors y Volkswagen para asegurar sus posiciones dominantes en el mercado. A la par, se quejaron de que el aumento de las ventas no redunda en ganancias proporcionales para los puntos de venta.

No obstante, la llegada masiva de la producción brasileña se hizo sentir con fuerza en el ámbito fabril local, que en 2015 tuvo un comportamiento dispar pero este año cayó en forma constante. En las terminales radicadas en el país no sólo se desaceleró la producción, sino que también hubo suspensiones y despidos que se mantienen a fin de año y plantean un oscuro panorama para el año que viene: las fábricas de Brasil todavía tienen un stock disponible de 2 millones de autos.