Mientras que lxs no-docentxs realizaron un paro para exigir el traspaso del personal de limpieza a planta permanente, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires fue sitiada por una Cumbre de los Pueblos que formaba parte de la Semana de Acción Global contra la Organización Mundial del Comercio (OMC), iniciada el 7 de Diciembre en el marco de la Marcha de Resistencia de las Madres de Plaza de Mayo. Fueron más de 70 organizaciones del campo popular, movimientos sociales, organizaciones sindicales, estudiantiles, campesinx- indígenas, de migrantes, mujeres y partidos políticos que convocaron a dicha cumbre que se realizó en paralelo a la Conferencia Ministerial de la OMC del 11 al 13 de Diciembre.

Durante la cumbre, en la cual participaron más de 1000 personas, se pudieron escuchar los testimonios de luchadorxs sociales de Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Cuba, Haití, Jamaica, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, México, Canadá, Francia, Bélgica, Alemania, España, Gran Bretaña, Indonesia, India, Tailandia, Corea del Sur, Filipinas y Sudáfrica. En los diversos foros y talleres contaron como las reglas de la OMC afectan negativamente a la soberanía sanitaria, alimentaria, financiera, energética y educativa, dándole primacía al derecho de las corporaciones transnacionales, en detrimento de los derechos sociales y humanos. Como cara de la misma moneda, se repudió el avance del gobierno de Mauricio Macri con respecto a la firma de un Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, que iba a realizarse durante los días de la Ministerial, pero fue finalmente postergado hasta 2018. Preocupó además la situación de la deuda pública, siendo hoy en día una herramienta privilegiada de la expansión capitalista de concentración, desigualdad y opresión.

Mientras que desde el foro de migración exigieron el reconocimiento de la migración como un derecho humano, lxs participantxs del foro feminista denunciaron la liberalización de los flujos comerciales y financieros que impactan en forma diferencial la vida cotidiana de las mujeres, profundizando las desigualdades y la pobreza, ampliando el desempleo, la informalidad y agudizando así todas las formas de violencias patriarcales.

En los foros de los pueblos originarios y de bienes comunes y justicia climática se manifestó un rotundo rechazo a la masiva extracción de minerales y recursos naturales que destruye el medio ambiente, deja tierras arrasadas y comunidades expulsadas de sus territorios ancestrales. Se propuso entonces promover alternativas populares, como el “buen vivir”; el eco-feminismo; el eco-socialismo; y prácticas concretas como la soberanía energética, la agroecología y la permacultura. A estas propuestas que pueden transformarse en alternativas sistémicas al capitalismo se sumó la economía, social, popular y autogestiva como manera de construir una economía desde y para los pueblos. Y quienes a pesar de los ricos debates aún dudaban que otra forma de producir y comercializar es posible, podían verificar en la feria de pequeñxs productorxs, que se hizo en paralelo a la cumbre, que las alternativas ya existen.

Finalizando la Cumbre y con ello la Semana de Acción se presentó un plan de lucha que incluye el Paro Mundial de Mujeres el 8 de marzo, el Foro Social Mundial en Brasil del 13 al 17 de marzo y acciones contra la cumbre del G20 en noviembre 2018 en Argentina.

Y mientras el grito de «Fuera OMC» aún resonaba en las calles de Buenos Aires, ya comenzaba a escucharse en el horizonte el «Fuera G20».