El titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) viene de días agitados. Diez días atrás consiguió que el gobierno aceptara negociar aumentos de los productos de consumo masivo pero el lunes pasado se desayunó con una resolución oficial que exigía a las empresas producir al máximo de su capacidad.

Sobre los precios, asegura: «El gobierno nos solicitó que presentáramos nuestras estructuras de costos y lo estamos haciendo. Como Copal, advertimos que el dólar aumentó un 23% en lo que va del año y que las empresas también sufrieron una suba importante del costo logístico, que fue de entre el 14% y el 26 por ciento. Las materias primas que se utilizan para fabricar los alimentos aumentaron hasta el 47%, los insumos en general. Y después está el costo Covid».

–¿Qué es el costo Covid?

–Es un plus que tiene que ver con que haya un promedio del 20% de gente licenciada en el marco de la pandemia, ya sea porque pertenece a un grupo etario o de riesgo o porque está al cuidado de los hijos en los hogares pero, no obstante, con obligaciones salariales para la empresa. También hay que mencionar los costos de los protocolos que han ocasionado modificaciones internas, por ejemplo de equipos de trabajo. Y los protocolos de transporte, porque es un mecanismo que pusimos en actividad para evitar aglomeraciones. Esto es a nivel transversal pero después hay que ver cómo aplica en cada caso.

–¿Hay una fecha pautada para futuros aumentos de precios?

–No, pero hay una urgencia porque hay un desfasaje de costos. Si pensamos en lo que se ajustó desde diciembre, salvo (el programa) Precios Cuidados, que es una lista de pocos productos que aumentó entre el 2% y el 4% en julio, lo demás viene rezagado; en cambio, los costos siguen aumentando. Las empresas somos víctimas de la inflación porque nuestros costos nos están impactando.

–¿Qué promedio de aumentos aspiran a conseguir?

–No pedimos un porcentaje de aumentos. Como Copal, nunca lo hicimos. Lo que queremos es una revisión del programa Precios Máximos, el reclamo se limita a ese programa.

–En el gobierno aseguran que las empresas pidieron la eliminación de ese programa, ¿fue así?

–Efectivamente, porque la emergencia que justificó la salida de ese programa en la Fase 1 de la cuarentena ya no es tal. Nosotros consideramos que es el momento de levantar esa política porque responde a un grado de emergencia que lleva seis meses.

–¿No temen que haya una escalada inflacionaria a partir de los aumentos que están negociando?

–No. Lo que tememos es que haya una escalada de los costos y que los precios sigan congelados. Eso nos preocupa. Le hablo de los precios de los alimentos industrializados, no de los precios que provienen de la agricultura, que son estacionales. Lo que vemos es que hay que atender estas realidades que no son las únicas porque también hay una demanda de una estabilidad macro. Pero se está dialogando, no depende de nosotros. La etapa de Copal ya pasó, ahora es sector por sector y, en algunos casos, empresa por empresa.

–El salario viene perdiendo contra la inflación anual y las paritarias están en una nebulosa. ¿Qué panorama ven las patronales?

–Nosotros en Alimentación y Lácteos firmamos.

–En el cuadro general hay un retraso importante…

–Sí, pero se han ido firmando acuerdos. No sé si todos los convenios de la industria, pero en Copal se renovaron los 29. La crisis afectó las negociaciones. Admito que lo llevamos con la máxima prudencia, pero el nivel está comprometido por la baja actividad. Queda un 30% de empresas que tiene un 10% de cheques rechazados. Ese es un efecto del impacto de la crisis.

–Hay gremios que empezaron a plantear como referencia el porcentaje que le dieron a la Policía Bonaerense, ¿qué opina?

–No tiene nada que ver. Hablemos de la realidad del sector privado. Un aumento depende de la participación de la mano de obra. Las empresas tenemos casi 800 mil suspendidos.

–Hubo varios chispazos en la relación con el gobierno, por Precios Máximos y por el pedido de que trabajen a la mayor capacidad posible, ¿cómo define el vínculo en este momento?

–La relación es de diálogo pero ese pedido no es nuevo. Ya habíamos dicho que no nos pueden pedir trabajar al máximo. ¿Para qué mercado si no hay consumo? Además, para eso hay que tener capital de trabajo y las pymes no llegan al crédito porque no están calificadas y las que sí llegan no tienen volumen de demanda. «