El Instituto Nacional de Estadística y Censos difundió el informe de pobreza del segundo semestre de 2021. Los datos oficiales indican que el 37,3% de los habitantes de los 31 conglomerados urbanos viven en hogares que no logran reunir los ingresos necesarios para afrontar el costo de las Canasta Básica Total.

Se trata de una reducción en 3,3 puntos con relación a los registros del primes semestre de ese año cuando la pobreza afectaba al 40,6% de los habitantes y de 4,7 puntos con relación al segundo semestre de 2020 cuando alcanzaba al 42%.

Así las cosas, durante el período que va de julio a diciembre de 2021, en promedio, 10,9 millones de personas vivían en hogares pobres en los conglomerados urbanos que releva la Encuesta Permanente de Hogar (EPH) del INDEC que, proyectado al total de la población, resulta en casi 17,1 millones de personas. De este modo, en un semestre lograron salir de una situación de pobreza poco más de 1,5 millones de personas que se suman a las 460 mil que lo habían conseguido durante el primer semestre del año con relación al último semestre de 2020.

La indigencia, por su parte, retrocedió a un 8,2% desde el 10,7% del primer trimestre y el 10,5% del segundo semestre de 2020. Son 3,8 millones las personas que viven en hogares que no logran superar la línea de indigencia determinada por los alimentos que reúnen las calorías necesarias para eludir una situación de desnutrición.

El dato se conoce a días de haberse difundido el informe de mercado de Trabajo que arrojó una mejora sensible en la tasa de actividad y empleo. De hecho, según el INDEC, la desocupación se redujo al 7% en el segundo semestre de ese año como resultado de la reincorporación al mercado de trabajo de 1,8 millones de personas.

A la vez, durante 2021 y en particular en los últimos tres meses del año, las canastas que miden la pobreza y la indigencia sufrieron aumentos inferiores a los que registró el Índice de Precios al Consumidor. Mientras que la suba general de los precios durante el año había sido del 50,3%, la canasta de pobreza creció un 40,5% y la de indigencia un 45,3%. Es allí donde debe buscarse la raíz de la reducción de la pobreza que fue incluso más elevada que los pronósticos más optimistas de probados especialistas que auguraban, a lo sumo, que la tasa cayera hasta un 38%.

De hecho, el mismo informe destaca que, durante los seis meses bajo análisis, “en promedio, el ingreso total familiar aumentó un 23,8% mientras que las canastas regionales promedio aumentaron 17,9% (CBA) y 16,5% (CBT). Además, se verifica una reducción de la denominada “brecha de pobreza” que mide el peso porcentual sobre la Canasta Básica Total del diferencial del ingreso promedio de los hogares pobres con relación a esa canasta. Dicho de otra forma indica la expectativa de salir de esa situación entre quienes se encuentra debajo de la línea de pobreza. Esa brecha pasó del 40% en el primer semestre al 36,9% en el segundo.

A la hora de analizar el impacto de la pobreza y la indigencia en la niñez surge que el 51,3% de los menores de 14 años viven en hogares pobres cuando seis meses antes llegaban al 54,3% y, un año antes al 57,7%. La indigencia afectaba a diciembre de 2021 al 12,6% de los niños y niñas.

Con todo no deja de ser significativo y contradictorio que una economía que se perfila hacia una situación de virtual pleno empleo (entre 3 y 4% de desocupación), a la vez, exhiba índices de pobreza superiores al 37%. La explicación hay que buscarla en el deterioro de los ingresos de los trabajadores asalariados formales e informales y en la extensión del empleo informal y la denominada economía social.

Pero además, datos recientes indican que esos niveles de pobreza e indigencia ya han quedado atrás y, con seguridad, la curva ha revertido su tendencia nuevamente al alza. Es que, por caso, la línea de indigencia escaló un 9% en apenas un mes (febrero) como resultado de la suba de los alimentos mientras que la canasta de pobreza lo hizo en un 6,6% en el mismo período.

Los pronósticos de inflación del mes de marzo marcan una tendencia de la misma naturaleza que podría devolver a una situación de pobreza a gran parte de quienes lograron emerger en los últimos seis meses del año pasado. El informe de pobreza se conoce el mismo día en el que miles de trabajadores desocupados buscan acampar en las puertas del ministerio de Desarrollo Social en reclamo de un aumento del monto de los beneficios Potenciar Trabajo, hoy en poco más de $16 mil y su universalización.