Se realizó el lunes un acto en la puerta del call center de BBVA Francés sobre la calle Venezuela al 500. Allí trabajan alrededor de 400 empleados bancarios que ofrecen diversos servicios de atención telefónica para los clientes del Banco. El objetivo de la medida fue la de reclamar la reincorporación de un trabajador a su lugar de trabajo luego del despido que la empresa resolvió días después de dictaminar en forma unilateral su traslado a la sucursal que el banco posee en la localidad bonaerense de Burzaco.

La negativa del trabajador de acatar el traslado que consideró arbitrario y persecutorio, se tradujo en su despido con causa. El trabajador había integrado como candidato la lista 7 para las últimas elecciones de comisión interna de la entidad y sus fueros vencieron pocos meses atrás.

Según denunciaron los trabajadores en el acto, el despido arbitrario y persecutorio no es un caso aislado sino que se produce en el marco de un plan de ajuste caracterizado por un extendido proceso de retiros voluntarios y traslados compulsivos para aquellos que no acepten voluntariamente esos retiros.

Los traslados a una sucursal situada a 40 km de la capital, aseguran, implican una sensible pérdida de derechos laborales y la aplicación de hecho de la ampliación del ius variandi que contempla el proyecto de reforma laboral y que el gobierno, ante el rechazo de los gremios, no se decide a poner a consideración en el congreso.

Para el caso de los trabajadores del call center implica un alargamiento de la jornada laboral de una hora y media, la pérdida de la remuneración variable y en los hechos el quite de tareas fijas. Según denunciaron, en definitiva, de lo que se trata es de producir un desgaste sobre el empleado para que finalmente se vea obligado a abandonar su trabajo a través de un retiro voluntario.