El Índice Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) publicó este martes el informe mensual de Canasta Básica Total y Alimentaria (CBT y CBA), que miden la línea de pobreza y de indigencia, respectivamente. En ambos casos, la suba para junio fue del 1 por ciento, con respecto a mayo. De esta forma, la línea de la indigencia quedó en $1.956 por persona, mientras que la de pobreza llegó a $4.793. Para un hogar compuesto por un matrimonio con dos hijos, la Canasta Básica Alimentaria se elevó a $6.045 y la Total, a $14.811.

Entre junio del año pasado y junio de este año, ambas canastas subieron en torno al 21%, más tres puntos por debajo de la inflación general, que se ubica en 23.4%. Daniel Schteingart, especialista socioeconómico, explicó a Tiempo las razones de esta diferencia: «Podríamos decir que la Canasta Básica es la inflación de la clase media-baja. Esta diferencia a la baja es porque los productos que más subieron entre junio del año pasado y junio de este año son los vinculados a otros sectores; por ejemplo, el rubro Comunicaciones, que subió un 45%, o las Prepagas. Eso no le pega tanto a los sectores más bajos. En el primer semestre de 2016, en cambio, sí la Canasta Básica creció incluso más que la inflación general, por las fuertes subas de tarifas».

Para el economista Nicolás Zeolla, «la Canasta Total debe subir en línea con la inflación general y la Canasta Alimentaria debe subir en torno al rubro Alimentos de la general». El Indec no realiza aún mediciones nacionales interanuales, pero se puede tomar como referencia a los datos que ofrece del Gran Buenos Aires: 20.4%, para el rubro Alimentos, y 21.9%, para el General. Tanto la CBA como la CBT son consistentes en ese sentido.

¿Hay más o menos pobreza que en 2015?

Estos números del Indec se dan en torno a una polémica generada por un artículo del diario La Nación, que advierte una baja de la pobreza, con respecto al final de la era kirchnerista. «El primer error es hablar del final del gobierno anterior, cuando el informe de CEDLAS (en el cual se basa el artículo, junto a otro de la Universidad Di Tella) habla del primer semestre de 2015 y no del segundo. En segundo lugar, los datos no son del todo comparables porque hay un cambio metodológico pequeño en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que provoca algunos cambios relativamente importantes en los números de pobreza», indicó Schteingart.

Los datos del segundo semestre de 2015 no están por el parate estadístico durante la restructuración del Indec. En un cálculo realizado a partir de datos de Anses, SIPA e Indec, Schteingart asegura que la pobreza se ubicó «en un 27.7%, al final del kirchnerismo. Hoy, está en torno al 29%; es decir, más de un punto por encima de aquel entonces». De todas formas, «la diferencia, para un lado o el otro, es de un punto. Estamos peor que en 2015, pero no hay un deterioro tremendo de la economía; al menos, por ahora».

Para Zeolla, «la diferencia fundamental tiene que ver con cómo se toma la encuesta de ingresos y qué tipo de canasta se usa para armar la línea de pobreza. Tiene que ser consistente la metodología y en los casos citados por el artículo no lo son».

Según la tasa de pobreza medida por el propio CEDLAS-UNLP, para el segundo semestre de 2003 la pobreza se ubicaba en 58.5% y la indigencia, en 19.7%. En tanto, los pisos se tocaron en el primer semestre de 2013, cuando la pobreza llegó a 27.3% y la indigencia, a 5.3%.

El milagro cordobés y el contraataque oficial

Volvieron los cortocircuitos entre el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y el Gobierno Nacional. «Hace poco tiempo el Indec sacó que el Gran Córdoba tenía un 40,5% de pobreza y los datos del propio Indec del primer trimestre dicen que es un 29%.No le creo ninguno de los dos datos porque es una burla que se baje en tres meses 11,5% el nivel de pobreza», razonó Schiaretti. «Precisamente por eso, la Provincia hace sus medidas propias porque los números del Indec no son de confiar», subrayó, al tiempo que anunció para septiembre mediciones propias.

El titular del Indec, Jorge Todesca, contraatacó: «La medición no la hicimos nosotros, le han informado mal al gobernador (…) la hizo la Dirección de Estadísticas de Córdoba, usando los datos del relevamiento que se va a hacer, que no debían procesarse trimestralmente como hizo el director de Estadísticas de Córdoba, sino semestralmente. Me apena el juicio del gobernador, a quien respeto mucho». Luego, apuntó contra Héctor Conti: «Yo diría que (el gobernador) tiene que buscar un nuevo Director de Estadísticas para Córdoba. No puede sostener discusiones técnicas porque no tiene la formación para hacerlo».