En un nuevo intento por controlar la escalada inflacionaria, esta semana la Secretaría de Comercio Interior del Ministerio de Economía renovó el vínculo con sectores de la industria que tienen fuerte incidencia en la formación de los precios minoristas.

Se trata de la industria farmacéutica y de los fabricantes de lácteos. En el caso de los primeros, en los próximos 60 días los precios podrán aumentar hasta un punto porcentual por debajo de la inflación del mes anterior. También se presentó el llamado programa Pacientes Cuidados, con descuentos del 35% para la población con cobertura sanitaria pública, sin obra social o prepaga.

El acuerdo con los productores lecheros consiste en el agregado de 120 productos lácteos a la lista del programa Precios Cuidados. Este convenio también se extenderá hasta octubre con la posibilidad de aumentar, de igual manera, hasta un punto por debajo de la inflación del mes previo, en el marco de lo que se definió oficialmente como «una trayectoria predecible».

El cambio pasa por la autorización de aumentos con mayor regularidad, una vuelta táctica con la que las autoridades creen que se puede intentar algo para frenar el descontrol generalizado pero que, a priori, se ve dudoso en relación al poder de fuego de las empresas, que no solo aumentan por razones de fondo -como la guerra y el crecimiento de los precios internacionales-, sino en buena medida por las espaldas que tienen para imponer valores en función, por ejemplo, de sus expectativas particulares.

En el caso de los lácteos se destaca el peso de Mastellone Hnos SA que, según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), controla el 12,1% del mercado, seguida por Saputo SA con el 11,8 por ciento. La industria se autodefine como «atomizada» porque registra en actividad unas 670 empresas, pero a partir del tercer puesto ninguna supera el 5% de participación.

El Centro de la Industria Láctea (CIL) celebró la medida en el marco de la caída internacional de los precios y de la amenaza de una posible recesión global.

Pan caliente

Mientras sigue de cerca lo que pasará en la práctica con esos acuerdos, el titular de Comercio Interior, Martín Pollera, deberá ocuparse de las harinas y los panificados. Los industriales panaderos informaron que no están recibiendo la bolsa de harina al precio subsidiado por el fideicomiso del trigo y anticiparon que el precio del kilo de pan podría aumentar el 10% y llegar a los $ 400.

Gastón Mora, titular del Centro de Panaderos de Avellaneda, dijo a Tiempo que se está considerando aplicar la suba a partir de agosto. La advertencia es un llamado público a Pollera, al que aseguran haber intentado contactar para hablar del tema, por ahora sin éxito. «Si en lo que resta del mes no logramos abrir una mesa de diálogo, vamos a estar más que complicados con los costos y el traslado a precios», agregó el referente.

El del pan es un escenario complejo porque encuentra a los fabricantes a contramano de los molineros, que militan activamente la desactivación del fideicomiso  para contener el precio local de la harina.

Desde Ciara CEC, su titular, Gustavo Idígoras, cargó también contra el fideicomiso, y pugnó por una reunión con Pollera para informar en primera persona que la herramienta «no funciona».

El argumento es que, pese a que las empresas financian ese fondo, los precios siguen aumentando en las góndolas. En junio apenas, el precio de los fideos aumentó 12,9%, el mismo porcentaje que el aceite de girasol de 1,5 litros. Esos incremntos estuvieron muy por encima del promedio del IPC de junio, que fue del 5,3 por ciento.

Precios sin proximidad

Los que todavía no tienen noticias de Pollera ni de Precios Cuidados son los comercios de barrio. El referente de los almaceneros bonaerenses, Fernando Savore, dijo a Tiempo que pidieron reuniones con los ministros de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli; y de Economía, Silvina Batakis, y el subsecretario de Comercio Interior, por ahora sin feedback.

Según Savore, los almacenes de barrio esta semana recibieron las listas de precios de los mayoristas con aumentos significativos, por ejemplo, en azúcar, que el mes pasado se pagó a $107 por kilo, y que esta semana llegó a $170.

En sus primeros días de gestión, las autoridades de Comercio Interior cultivan un perfil menos visible que el de sus antecesores; no obstante, asoman regularmente para destacar lo que se pudo hacer en materia de precios.

Esta semana, desde el entorno de Pollera se resaltó, además de los acuerdos con laboratorios y lecheros, el relanzamiento de la nueva versión de Precios Cuidados. En rigor, el programa se cocinó durante la transición a cargo de Guillermo Hang, pero es cierto que se pudo reeditar en medio del cada vez más áspero lobby de las alimenticias y otras empresas que operan los mercados de consumo masivo. «

Cereales que se van sin control

Llueven las denuncias de maniobras con el comercio exterior. Esta semana, en una entrevista con el programa Argenzuela, de Radio 10, el titular de la Cámara de la Industria Aceitera de la Argentina (Ciara) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), Gustavo Idígoras, reconoció que el contrabando de cereales a Bolivia y Paraguay representa unos US$ 400 millones de pérdida para la economía local. Idígoras fue tan preciso que hasta dio el número de camiones que pasaron por la aduana sin ser interrumpidos; y aseguró que la AFIP está investigando comunidades enteras que se organizaron para recibir, acopiar, acondicionar y exportar ilegalmente la producción, sin mencionar otro armado similar del otro lado de la frontera.

El empresario definió el tema como «complejo» pero advirtió que no podría haber sucedido sin la ausencia del Estado; una crítica muy sugerente a la exdirectora General de Aduanas, ahora reversionada como subgerenta en el Banco Central, María Traverso, quien debió dejar su cargo en medio de cuestionamientos. En cambio, Idígoras destacó la tarea que lleva adelante el nuevo titular del ente, el massista Guillermo Michel.