El Banco Central endureció el cepo cambiario y estableció un nuevo límite de U$S 200 mensuales a la compra de dólares para personas físicas con cuenta bancaria y de U$S 100 por mes a la cantidad de dólares que pueden ser comprados en efectivo.

Esta resolución –que será acompañada de una conferencia de prensa del presidente del BCRA, Guido Sandleris, este lunes a las 8.30- la tomaron las autoridades del Central tras una reunión en la “monitorearon los resultados” electorales.

El BCRA aseguró que tomó esta decisión “ante el grado de incertidumbre actual” y tiene por objetivo “preservar las reservas del Banco Central”. El comunicado del BCRA agregó que “las medidas anunciadas son transitorias, hasta diciembre de 2019”.

Si bien llamó la atención el endurecimiento del cepo establecido el 1 de septiembre –al bajar de 10.000 dólares por mes a U$S 200-, la medida era esperada desde hace semanas. De hecho, economistas cercanos al presidente electo Alberto Fernández reclamaban algo así ya que consideraban que lo que se había implementado era un “cepo light”.

Con todo, conviene aclarar dos cosas. De un lado, este cepo prohíbe a las personas físicas comprar dólares por una cifra superior a la establecida, apenas 200 (unos 13.000 pesos al tipo de cambio en la noche del domingo). Los particulares se verán impedidos de proteger sus ahorros de la devaluación del peso.

Esto sucederá mientras las empresas seguirán teniendo la libertad de conseguir dólares para atesorar a través de operaciones con bonos y acciones, y que podrán depositar en cuentas en el país o en el exterior.

Hasta donde se sabe, el BCRA no tiene pensado cerrar esa canilla que implica un precio del dólar más caro y una fuga de divisas.

Del otro, el Central no evalúa profundizar las acciones para obligar a las empresas a liquidar sus dólares de las exportaciones. Si bien el 1 de septiembre el BCRA achicó a apenas 15 días el tiempo máximo para que ciertas exportadoras liquiden esas divisas, en medios financieros se asegura que esa medida no se está cumpliendo.

La profundización del cepo provocará zozobra entre la población en general, pero esa no sería la reacción de los mercados donde operan los grandes inversores. Al cierre de esta edición, en los bancos virtuales que operan las 24 horas, el valor del dólar se mantenía en los mismos niveles que el viernes 25, en torno de los 65 pesos. Del mismo modo, las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street mantenían su valor y no se vislumbraban órdenes de venta masivas.

El escenario contrasta con fuerza con el que se vivió en la noche del domingo 11 de agosto, cuando fluían las órdenes de compra de dólares y de venta de pesos y activos en la moneda argentina, lo que anticipó el derrumbe del valor del peso y de las acciones y los bonos argentinos verificado el lunes 12.

El dato forma parte de la realidad que analizaron esta noche el Palacio de Hacienda y la cúpula del Banco Central. Los funcionarios mantuvieron una serie de contactos a lo largo del domingo electoral. Los resultados de las elecciones los aliviaron y derivó en la profundización del cepo.

No habrá feriado cambiario. Tampoco confiscación de plazos fijos ni de dólares en las cajas de ahorro en los bancos.

Varias circunstancias entraron en juego para que la primera reacción de los inversores y especuladores no haya sido catastrófica.

La primera, que el alza del dólar de las últimas dos semanas de alguna manera lo ubicaba ya en un nivel que incluía la “desconfianza” de los inversores en un futuro gobierno de Alberto Fernández.

La segunda, que el resultado final ubicaba a Cambiemos en un escalón superior al que le daban las encuestas, ya que superó el 40% de los votos, agregando dos millones de nuevos votantes respecto de las PASO.

Según los analistas que tienen llegada al gobierno, este resultado lo sostiene como la segunda fuerza en el Congreso y le otorga un “contrapeso” frente a las políticas “intervencionistas” que podría proponer el gobierno del peronismo-kirchnerismo que asumirá el 10 de diciembre.

La tercera razón de una noche tranquila fue la certeza de que habrá una transición ordenada o que al menos así empezará. Las consultas con operadores después de las 22.30 arrojaron alivio por el desayuno que mantendrán este lunes el presidente Mauricio Macri y el presidente electo Alberto Fernández.

Al mismo tiempo los equipos económicos de Cambiemos y de Fernández estuvieron en contacto desde la semana pasada. “Están en contacto permanente”, dijo una fuente con conocimiento del tema. Y agregó que, incluso, “las medidas que se tomen serán de consenso” entre ambos grupos.

En la noche del domingo, la atención se enfocó en el Banco Central, donde sus autoridades se citaron para “monitorear los resultados” de las elecciones, según expresó una fuente de la autoridad monetaria. Fueron de la partida Guido Sandleris, presidente del BCRA; Gustavo Cañonero, vice; Verónica Rappoport, vice segunda; y los directores Marcelo Castro, Francisco Gismondi, Horacio Tomás Liendo, Enrique Szewach y Fabián Zampone.

En los mercados financieros confían en que los representantes del actual gobierno y del que viene avanzarán juntos en el camino de las renegociaciones de la deuda pública. Son tres variantes. La primera está dirigida hacia los tenedores de deuda con legislación argentina. El gobierno ya presentó un proyecto de ley en el Congreso para dar inicio a esta propuesta.

La segunda variante es para la deuda con legislación extranjera, especialmente la de Nueva York. El gobierno abrió un período para recibir propuestas de los acreedores y de los bancos que colocaron esa deuda en los últimos cuatro años, las que están en evaluación.

Por último, la tercera variedad es la negociación de la deuda con el Fondo Monetario, lo que podría llevar más tiempo y esfuerzo de lo que podría suponerse.