El llamado Círculo Rojo asimila como puede el destino del proyecto de Cambiemos en el que tantas expectativas depositó desde la victoria de 2015.

Las reformas económicas que puso en el centro de la agenda con la llegada de Mauricio Macri al poder nunca lograron avanzar como proyectos generales y, en el ocaso del gobierno que respaldó con dinero y cuadros dirigenciales, se resigna a ver que la ecuación del poder muta y que lentamente deja de ser el interlocutor que fue.

El candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, construye en otro lado con el margen de poder que se ganó en las PASO. Desde el 11 de agosto es la figura más demandada del país y administra su tiempo con exclusividad, incluso cuando se trata de la élite empresarial.

Al cierre de esta nota seguía sin confirmar su asistencia a la edición 2019 del Coloquio de IDEA, el foro de hombres de negocios más importante del año, que se realizará en Mar del Plata entre el 16 y el 18 de este mes.

El empresario Miguel Blanco, director de la entidad, le detalló a Tiempo que la entidad cursó la invitación al candidato como al resto de los presidenciables pero que Fernández, a diferencia de Macri y Roberto Lavagna, sigue sin responder.

En el entorno del candidato del Frente de Todos la respuesta fue ambigua. Un referente le dijo a este diario que Fernández viajará a la ciudad balnearia para participar del evento pero no pudo confirmar qué día «por inconvenientes de agenda».

Menos borrosa es la posición de Fernández con respecto al Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp). El candidato «no se siente cómodo con el espacio que arengó a gritos por el voto a Macri», dijeron cerca de Fernández. Tampoco con AEA, entidad de los dueños de las empresas más grandes del país, de la que esperan un acercamiento voluntario.

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Gemelos

La agenda del Coloquio de IDEA 2019 es idéntica a la de la edición 2015. Blanco adelantó que se abordarán las reformas tributaria y laboral, el modelo de educación que impulsan las empresas y el perfil de las instituciones, además de la coyuntura. Lo mismo que la última edición durante el kirchnerismo, como si en el medio no hubiese pasado nada.

«La idea este año es hacer propuestas concretas sobre cada tema», explicó para relativizar el también referente del Foro de Convergencia Empresarial (FCE) aunque evitó los detalles.

La diferencia –contundente– será el contexto social en el que se producirá el encuentro de este año: empobrecimiento creciente y aumento de la indigencia, caída brutal del salario y del consumo que arrastraron al comercio y a la industria, y cientos de miles de desempleados son apenas una parte de las consecuencias de tres años de un ajuste feroz que se explica, en buena medida, por las políticas que impulsaron las grandes empresas en simbiosis con la administración de Cambiemos.

A propósito, en el Coloquio se hará «una observación» a manera de balance del gobierno de Cambiemos, una minimización de lo logrado en estos casi cuatro años.

El programa sigue en pie con una refrescada de rostro. El lobby empresarial logró instalar en la campaña electoral la «necesidad» de arribar a «políticas de consenso» para el desarrollo de la economía y la inclusión social. Detrás de la retórica aparece siempre el eje de la agenda corporativa: las reformas laboral, tributaria y previsional.

El gobierno y la oposición adhirieron con matices de posicionamiento. Fernández aprovechó el envión de las PASO y propuso el Consejo Económico y Social (CES) en el que por la parte empresaria copó la parada la Unión Industrial Argentina (UIA), que no oculta su deseo de avanzar sobre los convenios laborales, y otros sectores que supieron adherir al macrismo pero que  se alejaron con el avance de la crisis económica.

Hábil para acomodarse de acuerdo a las fluctuaciones de la política, el empresariado se las arregla para seguir adelante con su lista de pendientes. La diferencia será la forma del «consenso» según el ganador de las elecciones y las facciones patronales que adhieran en cada caso. Sobre las consecuencias, a esta altura todos los rincones políticos coinciden en el pronóstico de los tiempos que vienen.

Modelos vigentes

En 2015 un Mauricio Macri que no era favorito en ninguna encuesta cerró el Coloquio de IDEA con una promesa que cumpliría a rajatabla durante su gobierno: «El año que viene (los empresarios) van a ser privilegiados porque acá va a estar todo mi Gabinete para hacer las políticas con ustedes».

Un día antes, el entonces tercer candidato en las mediciones, Sergio Massa, del Frente Renovador, prometió una gran mesa de negociación de políticas con empresarios y sindicatos que denominó como Consejo Económico y Social.

Esos dos modelos aparecen en la carrera electoral de 2019 como sobrevivientes de aquella misma puja, el primero a cargo del actual presidente y el segundo con Alberto Fernández y el propio Massa en un segundo plano. «