Como en sus mejores épocas, la edición 2022 del Coloquio de IDEA, que concluyó con el discurso del presidente Alberto Fernández anteayer, volvió a ser el centro del lobby empresario argentino luego de dos años de paréntesis por la pandemia de Covid-19. El lema del evento, «Ceder para crecer», llamó la atención porque a lo largo de los tres días de rosca en Mar del Plata, no pareció que ni los convocantes ni los convocados fueran los llamados a ceder ante el cúmulo de problemas que sacuden la economía nacional.

En contraste, sí fue claro que hubo un cambio de discurso en un sector del empresariado identificado con el círculo rojo, que aseguró que no está más detrás de la agenda tradicional que busca las tres reformas, laboral, previsional y tributaria, y que, en cambio, busca que el Estado otorgue los «estímulos» adecuados a la producción para que el sector privado se decida a invertir y producir.

Se trata de una corriente de opinión que abreva en la política del gobierno del Frente de Todos de incentivar las inversiones, la producción y las exportaciones a partir de las desgravaciones impositivas. Las propuestas oficiales dirigidas a los sectores de Economía del conocimiento, automotriz, petrolero, agroindustrial y minero apuntan a premiar las mayores exportaciones con bajas en los impuestos. Así de simple.

Un exponente de esa posición fue el CEO de Toyota y presidente del Coloquio, Daniel Herrero, quien en una entrevista con Ámbito Financiero, aseguró que más que recurrir a la vieja agenda, es «mejor trabajar en propuestas concretas que nos puedan dar una solución de rápida implementación y de resultados en el corto plazo». Para este empresario, la discusión tributaria y laboral es de «mediano plazo», con lo que se patea para más adelante, después de las elecciones de 2023, esos debates tan caros a la burguesía nacional.

Las intenciones de Herrero y otros empresarios que apuntaron en el mismo sentido chocaron con el panel de los economistas. Allí, Martín Redrado, Hernán Lacunza y Marina Dal Poggetto pusieron blanco sobre negro la mirada más ortodoxa de los problemas y las soluciones para las tribulaciones económicas. Con todo, estos economistas con espalda ancha para plantear sus propias conclusiones, no se animaron a contradecir las propuestas que circulaban en el Coloquio a partir de encuestas y cuestionarios. En ese panel, quizá el más seguido de todo el Coloquio, se apuntó la necesidad de controlar el gasto de las empresas públicas, la nueva meta de los ortodoxos que descubrieron un “agujero fiscal” en ese lugar.

Estas posiciones fueron revalidadas por el ministro de Economía, Sergio Massa, quien en su intervención grabada aseguró que había que “volver a los superávits gemelos”, rememorando los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner, cuando las cuentas fiscales y la cuenta corriente estaban en azul. El señalamiento de Massa bien podría haber sido entendido como un anticipo de lo que niega, una mega devaluación, porque esos superávits gemelos fueron consecuencia de la intensa devaluación de 2002, que llevó el dólar a $ 3 tras una década en un peso.

Reuniones privadas

En IDEA 2022 brillaron reuniones privadas, que no lo fueron tanto porque los comensales dieron detalles de lo sucedido. Por caso, Javier Milei deleitó a un grupo de empresarios con sus posiciones ultras «mientras el sol se reflejaba en sus ojos», según la crónica de La Nación. La lista de los empresarios que participaron del encuentro con el líder de La Libertad Avanza, según ese medio, fue amplia: Federico Ovejero, VP de General Motors; Manuel Mantilla, número uno de Mercedes Benz; Cristina Bomchil, CEO de Valuar; Juan Marotta, presidente del HSBC; Carlos Moltini, presidente de Telecom Argentina; Juan Napoli, presidente del Banco de Valores, Andrés Leonard, CEO de Scania Argentina; Alejandro Stengel, CEO del Banco Supervielle, entre otros integrantes de una «lista secreta» de invitados.

Otro encuentro exclusivo dentro de la exclusividad del 58° Coloquio fue el que mantuvo el economista Carlos Melconian con 28 ejecutivos de grandes empresas. La prensa caracterizó esa reunión como una bajada de línea hacia «el próximo gobierno». A diferencia del planteo de Herrero, Melconian recitó el conocido mantra liberal de «equilibrio fiscal» y «estabilidad» . «

AF buscó diferenciarse

En su intervención en el cierre del Coloquio, Alberto Fernández contrastó con el mandato de Mauricio Macri al destacar «la calidad institucional» de su gobierno y señalar que durante su administración no hubo prácticas de espionaje, no se utilizó a los organismos oficiales para presionar a las empresas ni se pidieron coimas para la contratación de obras públicas.
Rememorando la época de las “filminas” durante la primera etapa de la pandemia, Fernández mostró números de su gestión, entre ellos «una reactivación de la economía» tras la caída por la pandemia y destacó que «el nivel de actividad creció 7,4% en de junio 2022 respecto de 2019», con eje en la actividad industrial y de la construcción.