La difusión de los datos sobre recaudación tributaria en agosto por parte de AFIP fueron interpretados en círculos cercanos al gobierno como una muestra de que el consumo del sector privado se está recuperando. Sin embargo, una serie de estadísticas oficiales y privadas muestra lo contrario: que el consumo mantiene su tendencia descendente o, en el mejor de los casos, los atisbos de mejora no terminan de concretarse.

Según la AFIP, en agosto la recaudación tributaria totalizó $ 221.275 millones, de los cuales $ 69.934 millones correspondieron al IVA. Este impuesto, que tiene relación directa con las ventas en el mercado interno, creció un 37,5% interanual, unos 16 puntos por encima de la inflación. En ese rubro está incluida la compra de materiales por las empresas de la construcción, sector que se convirtió en un boom gracias a la abundante obra pública que impulsa el gobierno y que creció un 20,3 por ciento.

Pero otros números sugieren que los individuos, en lugar de incrementar su consumo, lo restringieron. Por ejemplo, las mediciones del Indec sobre las compras en supermercados: en junio fueron, a precios constantes, un 1,2% menores que el mismo mes del año anterior. En los shopping, la caída en ventas fue del 5,1% en términos reales. Para ese momento, AFIP ya batía el parche sobre la recaudación del IVA (un 29,8% de alza en ese mes).

Los ejemplos abundan en los artículos de primera necesidad. El consumo de carne, por ejemplo, tocó este año su punto más bajo. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los argentinos están consumiendo en promedio 54,9 kilos por persona y por año, la menor cantidad desde que empezaron a llevarse esas estadísticas, en 1958. También el Ministerio de Agroindustria, a través de la Subsecretaría de Lechería, reconoció que en junio de este año se vendió en el mercado interno un 13,3% menos de leche fluida y un 23,7% menos de manteca, quizás como respuesta a los aumentos de precios de estos artículos que registró el Indec (30,2% y 49,8% respectivamente).

CAME, por su parte, estimó que las ventas en comercios minoristas cayeron en julio un 1,6% sobre un ya alicaído mes de julio de 2016. Además, las ventas del Día del Padre fueron un 3,6% menores a las del año pasado, si bien en el Día del Niño se observó una mejora del 1,2%. Con luces y sombras, los indicadores no permiten avalar que a la gente le haya mejorado su poder de compra, como lo sugiere la AFIP. «