Al igual que el año pasado, el nivel de río Paraná está muy por debajo de su promedio histórico. Frente a Rosario, la Prefectura Naval consignó 0,69 metro en la mañana de este martes. Una semana atrás ese nivel era de 0,85 metro. Y un mes atrás, 1,93 metros.

Con todo, el registro actual es casi un alivio: un año atrás la profundidad era de 0,2 metro. En los últimos años se están verificando en el Paraná niveles por debajo de la altura media, que en mayo es de 3,55 metros.

Esta crisis hídrica natural podría tener una consecuencia en los despachos del Ministerio de Transporte por la presión de las exportadoras de cereales y oleaginosas y sus derivados, que apuntan a que el gobierno extienda la prórroga de la concesión a favor de la cuestionada empresa Hidrovía SA.

Según Gustavo Idígoras, titular de la Ciara-CEC, las dos cámaras empresarias que agrupan a estos sectores, “Jan de Nul hizo un gran trabajo el año pasado cuando tuvimos este problema con el río Paraná. Por eso hemos solicitado que el gobierno extienda la concesión de dragado actual por más de 90 días”, dijo en declaraciones a la agencia Reuters la semana pasada.

Para Idígoras, “si no tenemos sus equipos y conocimientos, sería muy difícil para otra empresa garantizar el tránsito por el río”.

Según el portal Agrofy, Jan de Nul anunció que realizará un “sobredragado de dos pies adicionales de profundidad (unos 50 centímetros)” para lo cual “dispuso cinco dragas y todo su equipo profesional y técnico para trabajar todos los días de la semana y las 24 horas del día”.

La prórroga

La concesión de Hidrovía SA para explotar el río Paraná venció el 30 de abril, pero 24 horas antes el gobierno nacional prorrogó ese plazo por 90 días más. Es decir, a fin de julio vencerá esta prórroga del contrato de concesión.

Pero las autoridades no están preparando un reemplazo de Hidrovía SA a partir de esa fecha. Y, al mismo tiempo, Transporte debe garantizar el mantenimiento de los canales y de las balizas y el resto de la señalización hasta que asuma un nuevo licenciatario. Se supone que eso no sucederá hasta fines del año que viene. ¿Quién se hará cargo de la hidrovía entre el fin de la prórroga de la concesión y diciembre de 2022?

La bajante del Paraná agrega presión a esta situación ya que obliga a sostener un trabajo de dragado permanente para facilitar la llegada de los buques oceánicos con los que se hace el comercio internacional de granos desde los puertos de la zona de Rosario. En ese sentido, Transporte nunca tomó en serio la posibilidad de cambiar este esquema de movimiento de cargas con la inclusión de barcazas hasta cerca del límite del Río de la Plata y recién allí emplear los barcos oceánicos.