La interna que arrastra la CGT desde fines de 2017 y principios de 2018 cuando se produjeron una serie de renuncias masivas al Consejo Directivo tocó su punto máximo cuando el Frente Sindical para el Modelo Nacional se cortó solo para convocar el paro del 30 de abril a espaldas del Consejo Directivo que conduce la CGT.

El diferendo, que en gran parte se explica por los diversos alineamientos de los dirigentes en la interna del peronismo hacia las elecciones presidenciales, se presenta también alrededor del grado de confrontación que los distintos agrupamientos consideran que el movimiento obrero debe desplegar frente al gobierno nacional y el ajuste en curso.

El binomio que conduce la central ha sostenido una posición dialoguista que, a pesar de los desplantes que ha sufrido por parte del gobierno no se ha modificado con la excepción de cuatro paros generales que, por su carácter discontinuo, sirvieron para descomprimir el fuerte descontento popular.

Sobre esa base es que la oposición dentro de la central ha ido tejiendo alianzas otrora inverosímiles. Así, el líder del SMATA, Ricardo Pignanelli, que apoyó explícitamente la candidatura presidencial de Mauricio Macri junto con Hugo Moyano (que lo hizo elípticamente), forjaron una alianza en el Frente Sindical para el Modelo Nacional con la Corriente Federal de los Trabajadores afín al kirchnerismo. De allí surgió el paro del pasado 30 de abril que, a pesar de su contundencia, por el momento no tiene fijado un rumbo de continuidad.

Si bien el allanamiento al sindicato Camionero y el incumplimiento por parte del gobierno de los pagos comprometidos para las Obras Sociales podrían forzar un nuevo paro general para fines de mayo en forma coordinada, las diferencias volvieron a ponerse de manifiesto a partir de la reunión que, el lunes próximo, mantendrá la cúpula de la central con la misión del FMI presente en el Argentina.

En declaraciones a Futurock, el dirigente camionero Pablo Moyano se delimitó fuertemente de la conducción y, consultado sobre esa  reunión, disparó: «¿Qué carajo tienen que ir a hablar con el Fondo?» y explicó que, por su parte: «Ni en pedo me junto con el FMI».