El largo lock out de los ganaderos ha puesto de relieve dos cosas: que ese sector tiene en la industria de la carne a uno de sus peores enemigos y que un amplio segmento de productores acató la medida, al punto que desde la industria advierten que se generará desabastecimiento de carne en el Área Metropolitana de Buenos Aires entre mañana y el miércoles. Con ese aval es que la Mesa de Enlace estiró el lock out hasta el miércoles próximo.  Este último dato tiene, además, una lectura política por la cercanía de las elecciones.

Detrás de escena se observa un panorama en el que las exportaciones de carne se quintuplicaron, crecieron un 400%, entre 2016 y 2020 mientras que la producción total subió apenas un 20%. Eso implica que, desde la oferta, más producción se destina a la exportación y menos al mercado interno, que como son diferentes en cuanto a los productos, no pueden trasvasarse de uno hacia el otro en caso de faltantes. O se produce carne para la exportación o se la produce para el mercado interno.

Problemas de fondo

El telón de fondo de la prohibición de las exportaciones de carne por un mes y del lock out de la Mesa de Enlace es la suba descontrolada de los precios de la carne para consumo interno. Los analistas explican que se dan dos factores en simultáneo para que ello suceda: la suba de los precios internacionales y la devaluación del peso en simultáneo.

A principios de mayo, la organización mundial de alimentos que depende de la ONU, la FAO, indicó que el índice que marca la evolución del precio de una combinación de carnes bovina, porcina y aviar, subió por séptimo mes consecutivo «debido a la fuerte demanda de Asia oriental, que sostuvo las cotizaciones» en alza.

Esta combinación de subas de precios y devaluación del peso ha asegurado a la cadena de valor de la carne una renta inusual, una especie de burbuja que se mantuvo a costa del bolsillo del consumidor hasta hacerse insostenible. Un retroceso en los precios, por menor que sea, es lo que explica la pelea entre los ganaderos y los frigoríficos. Pero no tienen las mismas herramientas: los frigoríficos se sientan en la mesa de negociación con el gobierno.

«A partir del martes lamentablemente va a haber desabastecimiento», dijo al portal especializado Agrofy Leonardo Rafael, presidente de la Cámara de Matarifaes y Abastecedores de la Argentina (Camya) en referencia a la extensión del lock out de la Mesa de Enlace. Rafael, al igual que otros integrantes de la parte industrial de la cadena de valor de la carne, salieron con los tapones de punta contra la prolongación de la medida.

Rafael aseguró que a partir de mañana solo pondrán quedar nichos muy chicos con reservas de carne para vender en las carnicerías: «Hoy en 90% de los frigoríficos están en stock cero. Sin faena y sin hacienda en los corrales».

Con todo, conscientes de que continuar el lock out por más días tensionaría la cuerda por demás, los popes de la Mesa de Enlace decidieron estirarlo hasta el miércoles nada más, para «no afectar la comercialización».

Cómo sigue

La suma de devaluación y subas de precios internacionales es una previa de una suba aun mayor de los precios. De hecho, trascendió que en oficinas del gobierno ya se discute la posibilidad de una mayor suba de las retenciones. Pero el gobierno tiene un límite social y político en su camino de imponer retenciones superiores. Sin embargo, podría suceder que se gane un problema para no conquistar una solución. El proceso de subas de precios es general y los que se quieren limitar reaparecen en el resto de las cadenas productivas, en los costos de los insumos difundidos y de los fertilizantes. Eso explica cómo es que con retenciones en sus niveles más altos, la inflación sigue por las nubes.

La masividad del lock out habla de una dirigencia que ha logrado transmitir al resto del sector su idea de que a la ganadería se la debe liberar de todo tipo de regulación. Es un caudal de fuerza que usará en los próximos meses. «

Santiago Cafiero: “Un precio adecuado”

Según el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, lo que busca el gobierno nacional es un «precio adecuado» para la carne, mientras espera una propuesta del sector ganadero exportador.

«El precio de la carne venía creciendo indebidamente y entonces la decisión que tomó el presidente fue cerrar las exportaciones y esperar que el sector exportador acerque un a propuesta para resolver una ecuación que es muy sencilla: que haya exportación y genere ingresen genuinos, pero no a costa de poner en crisis la mesa de los argentinos», declaró ayer, e insistió: «Lo que necesitamos es que el sector traiga una propuesta contundente».