El gobierno nacional auspiciará este miércoles un foro conmemorativo de los 70 años en el país de la compañía aerocomercial española Iberia, responsable junto con su compatriota Grupo Marsans del vaciamiento de Aerolíneas Argentinas en el proceso de la privatización que impulsó el menemismo en 1990.

El foro tendrá lugar en el Centro Cultural Kirchner, que hace pocos días albergó el evento empresario que se conoció como Mini Davos y que convocó a unos 2.000 potenciales inversores de todo el mundo. Además de la alianza Cambiemos, el evento cuenta con el patrocinio de la propia Iberia y de la agencia de noticias española EFE. 

El «homenaje» coincide con el constante incremento de la participación extranjera en el mercado aerocomercial en detrimento de la compañía argentina, que desde la asunción del nuevo gobierno resignó rutas en favor de competidores como Latam y Avianca. Desde la frontera presionan a su vez las denominadas Low Cost, aerolíneas de bajo costo en enérgico lobby para que las autoridades definan flexibilizar las condiciones de la plaza autóctona.

La novedad desconcertó a los gremios del sector. El titular de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), Ricardo Cirielli, definió el tema como «una muy desafortunada y equivocada acción de gobierno». Además, escplicó: «Esa empresa aérea (por Iberia), ahora IAG, luego de su fusión con British Airways, depredó sistemáticamente los activos materiales y humanos de Aerolíneas Argentinas y Austral, con el aliento del gobierno español de esa época».


Cirielli acusó a la empresa española de haber encabezado «una administración fraudulenta con la declarada pretensión de llevar a la quiebra a ambas aéreas públicas argentinas, para quedarse con sus rutas y mercado». En ese sentido, destacó que «tuvo que ser obligada a cambiar sus nefastos propósitos -y los del Estado español-, durante siete arduos meses de constantes movilizaciones gremiales y sociales que recorrieron las calles de Buenos Aires y de las principales ciudades del resto de nuestro país, durante abril y octubre del 2001. Así, salvamos a Aerolíneas Argentinas y Austral», recordó.

Por medio de un comunicado los organizadores anunciaron hoy que “Iberia y la Agencia EFE invitan al foro informativo ’70 años uniendo América y España’ con el presidente de Iberia Luis Gallego”. La invitación añade que después del foro se realizará la exposición fotográfica “Iberia, 70 años en América Latina”.

Además de Gallego, la mesa del foro contará con la presencia de los ejecutivos Alvaro Bravo, referente de Ventas y Marketing de Avis para la América del Norte, Central y del Sur; Juergen Steutz, de Hoteles Meliá; Juan Orti Ochoa de Ocáriz, de American Express; Rafael Alonso, de Airbus América Latina; Marco Sansavini, director comercial de Iberia; y Guillermo Ambrogi, titular de la Cámara de Comercio Española en la Argentina. 

Con su firma al pie del anuncio, el gobierno nacional parece haber olvidado las características de la gestión de Iberia al frente de Aerolíneas Argentinas. El caso recuerda que la compañía asumió la conducción de la firma local en 1990 sin hacerse cargo de la deuda pre existente de U$S868 millones, que terminó pagando el Estado argentino. Los españoles solamente afrontaron una fracción de U$S260 millones que consiguieron mediante un préstamo que finalmente terminó pagando Aerolíneas. 

Eso fue apenas el comienzo del vaciamiento. En 1994 el gobierno argentino le cedió la denominada Acción de Oro al gobierno de España. Esa acción atribuía a su poseedor la facultad de vender activos de la empresa. Con ese estratégico bien en su poder, los ejecutivos de Iberia vendieron los locales comerciales de la línea aérea de bandera en el país y en el exterior, y se deshizo también de 28 aviones y tres simuladores de vuelo, verdaderas joyas de la familia y, en el último caso, además, motivo de orgullo continental. 

Para 2000, con la devastación prácticamente realizada, los privatizadores se declararon en convocatoria de acreedores y la empresa terminó pasando a manos del también español grupo empresario Marsans tras un fallido intento de transferencia por parte de Iberia a American Airlines.
Para 2008, luego de 18 años de administración privatizada, la aerolínea nacional tenía un patrimonio negativo de $2.500 millones y un pasivo de U$S890 millones. Marsans era un consorcio empresario que formaban las líneas privadas Spanair y Air Comet. Durante la gestión de Marsans, Air Comet se quedó con equipos de Aerolíneas y se sirvió de la estructura de negocios de Aerolíneas para potenciar negocios propios en Europa, Argentina y Chile. 

Los altos ejecutivos de la privatización, Antonio Mata y Gerardo Díaz Ferrán, afrontaron procesos legales por vaciamiento en España y fueron condenados por la justicia de ese país. En julio de 2008 el gobierno de Cristina Fernández presentó u nproyecto de ley para la estatización de la línea aérea nacional para asegurar la continuidad del servicio y de los 9 mil puestos de trabajo que estaban vigentes a ese momento. El 17 de diciembre el proyecto se convirtió en ley y las empresas de Marsans pasaron a considerarse de utilidad pública.

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