Si durante el primer «retiro espiritual» de diciembre de 2016 el presidente Mauricio Macri repasó casi en detalle la coyuntura inmediata de la gestión de Cambiemos con sus 22 ministros, en la segunda cita, que concluyó ayer, la bajada de línea «estuvo más concentrada en el mediano y largo plazo que en los temas inmediatos», contó a Tiempo uno de los funcionarios que participaron de la nueva edición de las «jornadas de trabajo» de todos los miembros del Gabinete Nacional y las autoridades del oficialismo en el Congreso,  dentro de la residencia vacacional de la localidad balnearia de Chapadmalal. 

Pero «el sobrevuelo de los grandes temas», y las indicaciones finales del presidente, no pudieron eludir la agenda de esta semana, que estará atravesada por la marcha que convocó la Federación Nacional de Camioneros para el próximo miércoles, y que contará con una fuerte presencia de la CTA y de un sector de la CGT, cuyo triunvirato atraviesa una crisis interna que podría formalizar su fractura. El tema fue tan intenso como la evolución de la inflación, o los indicadores económicos, aunque el dirigente sindical Hugo Moyano fue uno de los pocos nombres que retumbaron en las reuniones que se extendieron desde el jueves hasta el sábado por la mañana. El encuentro arrancó empañado por la revelación del diario El País de Madrid sobre el ocultamiento de una cuenta de 1,2 millones de dólares en Andorra por parte del subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, y la confirmación en segunda instancia del procesamiento del policía municipal Luis Chocobar, que Macri había respaldado por matar a un joven delincuente por la espalda. 

«Obviamente se mencionó a Moyano, pero elegimos separar la paja del trigo. No vamos a hablar de ‘sindicalismo’ para aludir a las consignas y a los reclamos de la marcha. Se van a juntar Moyano con (Juan) Grabois (referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), y a sus ojos seguramente la marcha será exitosa. Ellos eligieron usar una vieja herramienta para reclamar algo que esta fuera de agenda y por eso no vamos a pelearnos», confió uno de los últimos funcionarios que dejó Chapadmalal ayer por la mañana, luego de un escueto discurso presidencial a la hora del desayuno. 

Las fuentes consultadas no descartaron que haya «gestos y señales durante esa jornada» (como suele hacer Macri cuando hay movilizaciones contra su gestión económica), aunque el despliegue tendría un tono alternativo al que plantea un sector del Gabinete que defiende los réditos comunicacionales de pelearse con los sindicalistas para profundizar el descrédito contra las organizaciones gremiales. Más allá de la presunta moderación de los gestos, en términos prácticos el Gabinete volvió a Buenos Aires con la instrucción de defender el techo del 15% para la paritaria 2018, en un contexto donde se profundizan las intervenciones judiciales a sindicatos. 

«No hubo detalles del plan de gobierno y tampoco fue una reunión clásica. Hubo mucha reflexión sobre lo que le estamos proponiendo a la sociedad. Hicimos mucho hincapié en el cambio cultural, pero vamos a volver a insistir en la idea de cercanía. No vamos a ser ideológicos en el ejercicio del poder, sino lo suficientemente inteligentes para ser pragmáticos», resumió uno de los participantes. «