Planillas en mano y con el Excel abierto, algunos sectores del gobierno se ilusionan con que la salida de la crisis desatada por el coronavirus será más rápida de lo previsto. Varios indicadores recogidos en los despachos oficiales alientan esa esperanza a partir de una reducción en los niveles interanuales de caída de la actividad.

“El escenario es complejo, pero estamos viendo algunos datos de reactivación superiores a los que estábamos previendo. La industria manufacturera hoy está en niveles parecidos o mejores a los previos a la pandemia. El sector automotriz ya tiene un segundo turno de producción. Y el índice Construya (que mide la actividad en la construcción) mostró su nivel más alto de los últimos tres años”, dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en una entrevista con Radio 10.

Muchos de los datos citados por Kulfas figuran en un informe del Centro de Estudios para la Producción (CEP), que depende de su cartera. Allí se destaca que la industria pasó de caer un 26,2% interanual en mayo a sólo 6,6% en junio. El 34% que se había desplomado en junio la producción automotriz se redujo a apenas 1,5% en julio. Algunos datos incluso son positivos, como el índice Construya, que el mes pasado mostró una suba de 13,6%, el mejor registro de los últimos dos años. Además, CAMMESA (el organismo estatal que suministra la energía eléctrica a las distribuidoras) reportó un mayor consumo por parte de establecimientos fabriles en los últimos 20 días.

En cuanto a las ventas minoristas, el Hot Sale (la promoción vía Internet) hizo que el Ahora 12 triplicara sus niveles habituales. “Hay datos halagüeños y vemos que algunos programas como el IFE y el ATP están dando los resultados esperados. Se ha podido preservar buena parte de la capacidad productiva. Hay dificultades en el área metropolitana de Buenos Aires, pero el resto del país está trabajando con relativa normalidad”, resumió Kulfas.

Algunas cuestiones estadísticas favorecen la aparición de estos brotes verdes que el gobierno cree adivinar. Las comparaciones interanuales tienen como punto de partida los bajísimos niveles de mediados de 2019, cuando el gobierno de Mauricio Macri había virtualmente congelado la economía para cumplir las pautas firmadas con el FMI. Un caso concreto es la producción de automóviles: según ADEFA, la cámara que nuclea a los fabricantes, las 21.316 unidades producidas el mes pasado son apenas la mitad de las 41.450 terminadas en julio de 2018. Tampoco es alentador el dato de las ventas minoristas por fuera del Ahora 12, que según CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) cayeron 27,7% con relación a un año atrás.

El mercado también percibe que habrá un rebote, aunque difícilmente compense todo lo perdido desde que empezó la cuarentena. El relevamiento mensual que elabora el Banco Central, en base a los pronósticos de consultoras privadas, centros de estudio y entidades financieras, sugiere que la actividad se derrumbó 17% en el segundo trimestre y que si bien repuntará en lo que queda del año, totalizará una caída de 12,5% para 2020.

Así y todo, el seguimiento día a día de las variables alimenta el optimismo de Kulfas. El ministro puso como caso testigo el programa ATP, que asiste a las empresas en el pago de salarios de su personal. “Este mes recibirán la ayuda 160 mil empresas, muchas menos que en meses anteriores, lo que significa que son menos las que han sufrido una caída de su facturación”, ejemplificó.