Aumenta la desocupación y crece la precarización laboral entre los que aún tienen empleo. Estas son las conclusiones que se derivan del informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicado el último jueves. Según los datos oficiales, el desempleo abierto pasó del  7,2% en el cuarto trimestre de 2017 al 9,1% en el mismo período de 2018. Medido en población, significa que 259 mil personas pasaron a engrosar el ejército de desocupados en un año. Así, el total de desocupados pasó de 926 mil personas a 1.185.000, con un salto del 28 por ciento.

¿Cómo se explica esta mayor desocupación? La primera respuesta es porque se destruyó más empleo que el que se creó. Así, la tasa de empleo pasó del 43% del cuarto trimestre de 2017 al 42,2% del mismo período de 2018. Medido en población significa que la población ocupada pasó de 11.892.000 en el último trimestre de 2017 a 11.793.000 personas a fines de 2018. Es decir, un conjunto de 99 mil personas se quedó sin empleo.

Pero esto sucedió al mismo tiempo que en ese año creció la población económicamente activa (PEA), es decir la cantidad de personas que trabajan o quieren trabajar. Según los datos del Indec, la PEA se incrementó en 161 mil personas. Más allá de las situaciones individuales, se podría decir que, de conjunto, las personas que se agregaron a la PEA no encontraron lugar para trabajar. La PEA se incrementa por el crecimiento vegetativo de la población y porque personas que no buscaban trabajo pasan a demandar empleo en forma activa. Este último fenómeno suele suceder cuando cae el poder de compra del salario y más miembros de una familia deben salir a buscar trabajo para paliar esa pérdida.

«Existe un deterioro de la actividad económica que se traduce en una menor demanda laboral, por lo que la gente que quiere sumarse al mercado laboral no encuentra lugar», dijo el especialista Javier Lindenboim.

Al mismo tiempo que se destruyeron puestos de trabajo, creció tanto la cantidad de personas que trabaja fuera de registros (en negro) como la de los que se encuentran subocupados.

El panorama es negro para este año también. Según la consultora Ecolatina, «el mercado de trabajo no se recuperará y el desempleo volverá a subir» respecto de 2018 porque el motor de la economía será la actividad agrícola, que tiene poco impacto en el empleo, mientras que la industria seguirá planchada. «