El movimiento del dólar, el precio internacional del petróleo y el valor del biodiésel son las tres variables principales a la hora de definir el precio de las naftas en la Argentina. En un escenario de alta volatilidad en dos de las tres patas, el precio del combustible se hace impredecible y los pronósticos varían semana a semana.

Pero en lo que parece que sí hay certeza es que los aumentos seguirán de manera paulatina, hasta fin de año, producto de un atraso en el precio actual del orden del 20% para la nafta súper.

Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha, que agrupa a estaciones de servicio de todo el país), dio su visión a Tiempo: «Hoy, el atraso más racional, con los valores que actualmente tienen el crudo y el dólar, es de entre el 20 y el 22%, tanto en la nafta súper como en el gasoil común».

Sin embargo, «en los productos premium, tanto en naftas como en diésel, el atraso oscila en torno del 6%»,  planteó Lego. Esta diferencia se explica por la fórmula que se utiliza para establecer los precios de los combustibles premium. «No se toman los valores del crudo y del dólar, sino que se hace una comparación con los precios internacionales del producto final», explicó el empresario.

En caso de actualizarse según el atraso expresado, los precios de la nafta súper de YPF pasaría a costar entre 35 y 36 pesos, mientras que la premium –de marca Infinia– se iría a $ 38. En tanto, la súper de Shell costaría $ 37 y la premium (V-Power), $ 39. Para Lego, «no se va a achicar tanto la brecha entre el precio de la súper y de la premium; sí un poco, pero no tanto». Esto implicaría que la súper suba menos o que la premium suba más.

Una brecha más corta entre las súper y las premium podría torcer también una tendencia marcada en el consumo del último año. Según datos de Cecha, entre julio 2017 y julio 2018 el consumo de nafta súper creció un 4,96%, mientras que el de las premium apenas lo hizo en un 0,28 por ciento. Como ocurre en casi todos los ámbitos de consumo, las personas se inclinan por un precio más bajo en detrimento de la calidad.

Estos precios rigen para la Ciudad de Buenos Aires. En el Conurbano bonaerense, son algo más elevados. En el interior es mucho mayor: en Misiones, Chaco y Tucumán, el precio de la Infinia ya superó los 40 pesos. Un informe de Economic Trend indicó que podría llegar a $ 50 el litro en diciembre.

Desde octubre último, cuando el gobierno decidió liberar los precios de los combustibles, las naftas aumentaron un 52% (de $ 19,75 a $ 30 la súper de YPF); el dólar se devaluó un 72% (de $ 18 a $ 31) y el precio del crudo subió un 32% (de U$S 57 a U$S 75). Así las cosas, en octubre pasado, se necesitaban $ 1000 para comprar un barril de crudo, mientras que hoy se necesitan $ 2350; es decir, más de un 100% de diferencia. «Obviamente, las compañías van a querer recuperar rentabilidad», razonó Lego.

El economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) Cristian Nieto estimó un aumento superior, en charla con el portal especializado Surtidores: «Esperamos un costo final de la nafta súper a $ 40 para fin de este año», dijo.

El próximo aumento –asegurado– será en septiembre, cuando actualice el Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC) en base a la inflación del trimestre previo, en este caso un 8,7 por ciento. En junio, la inflación acumulada que se tuvo en cuenta para el ajuste fue del 6,6%, que se tradujo en un aumento del 1,7 por ciento. Por tanto, la suba de septiembre superaría el 2 por ciento.

El último aumento fue hace diez días, cuando el gobierno incrementó el precio del biodiésel en un 5,5 por ciento. Esto provocó que YPF aumentara los combustibles en un 1 por ciento. «