Pese al cimbronazo de la inflación de febrero, que cerró en 6,6% y llevó al dato anual al 102,5% superando la barrera de las tres cifras por primera vez en 32 años, la Secretaría de Comercio no prepara medidas adicionales, según confirmó a Tiempo una altísima fuente de la dependencia del Ministerio de Economía.

El proceso económico que se puso en evidencia con los números oficiales del segundo mes del año disparó un fuerte malestar en la población, en una semana que venía alterada por los cortes masivos de luz de la empresa Edesur y por la persistente inclemencia de un verano récord por sus altas temperaturas.

El adelanto hecho por el funcionario pone en duda los trascendidos de los últimos días, que hablan de planes preparados desde Economía para contener la escalada, aun cuando los dos datos más fuertes de febrero fueron las subas en «Alimentos y Bebidas» y «Comunicación», dos rubros de los más sensibles para el consumidor argentino. El primero por razones evidentes; el segundo, porque esos servicios son considerados públicos esenciales por el propio gobierno nacional desde la irrupción de la pandemia de Covid-19.

Las subas de los precios de las comidas y bebidas en febrero estuvieron fogoneadas por el fortísimo aumento de las carnes, leches, huevos y frutas, asociados a la histórica sequía.

El incremento del rubro «Comunicación» se explica por el incremento de tarifas por parte de las empresas de telecomunicaciones, amparadas por cautelares judiciales que las eximen de cumplir con el DNU 690, que ordena evitar los aumentos salvo que intervenga el regulador.

Todos los días

El malestar se sintió también en las oficinas de gobierno. El jueves, presidencia definió el dato de la inflación de febrero como “malísimo” y dijo que “no era lo que esperábamos”.

La definición fue de la vocera del presidente Alberto Fernández, Gabriela Cerruti, que aprovechó su habitual conferencia de prensa de los jueves para dar señales de la impresión que generó el número puertas adentro de Balcarce 50.

Lo dicho motivó a los periodistas a preguntar sobre la relación del presidente con su ministro de Economía, Sergio Massa, y sobre posibles nuevas medidas para intentar contener una escalada que a esta altura parece imparable.

La funcionaria, por un lado, atribuyó el salto del IPC al impacto de la sequía en los alimentos y apuntó contra la responsabilidad de las operadoras de telefonía e Internet. Pero también puso sobre la mesa la preocupación del Ejecutivo por los tiempos que están demorando en surtir el efecto esperado las medidas macroeconómicas y los planes de precios de referencia, como Precios Justos; dos símbolos de la gestión de Massa en Hacienda.

Cuando le preguntaron si se considera la incidencia de monopolios y oligopolios en la formación de precios (un factor que los programas de precios nunca abordaron, pero que es mencionado a menudo por funcionarios oficiales), Cerruti respondió que el gobierno “analiza todas las variables”. Y sobre la posibilidad de que se ejecuten nuevas políticas para frenar la tendencia inflacionaria en el corto plazo, dijo que es una posibilidad que se “trabaja todos los días”.

La declaración generó dudas sobre la armonía con Massa, quien asumió en 2022, en medio de una fuerte crisis política, con el objetivo de frenar el descontrol de los aumentos de precios.

Pero Cerruti aseguró que no hubo reproches del presidente y que en el caso de que se sumen nuevas medidas al control al paquete ya vigente, el exintendente de Tigre será el encargado de presentarlas oficialmente.

En el cierre de la semana, el alto funcionario consultado por este medio sobre las críticas de la portavoz oficial, se definió “preocupado y ocupado” en relación al tema. 

La sequía sigue

Esta semana todos los análisis negativos sobre la sequía se profundizaron. A la declaración de Miguel Schiariti, titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), quien la semana pasada anticipó a este medio que el problema seguirá siendo una realidad en los meses venideros y después de que pase la sequía también, se sumó Sergio Pedace, referente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores, que comparó los aumentos de la carne con la inflación anual y lanzó que los precios “siguen retrasados”.

En una entrevista con Radio Provincia declaró: “Esta sequía va a traer muchos problemas, va a ser complicada. Los kilos faltantes por la venta anticipada de novillos van a faltar en los próximos meses, entonces puede haber un aumento en abril y mayo. Encima el pollo empezó a subir mucho por la gripe aviar. Eso puede hacer que la gente se vuelque más a la carne y capaz el precio vuelve a subir”.

El último informe de Ciccra precisó que entre enero y febrero de 2023 “el alza promedio de los precios de los principales cortes vacunos que releva el Indec fue equivalente a 32,3 por ciento”. Ciertos analistas relativizan el peso de la sequía en el comportamiento de los ganaderos. Según el portal Valor carne, «el aumento (suave) en la faena responde al ciclo y no a la sequía». Y agregó que no se advierte un aumento de la proporción de «animales mal terminados», que es como se llama en la jerga del sector al ganado en pie enviado al mercado y afectado por la falta de agua