El conflicto en el INTI está presto a cumplir sus primeros 20 días. Desde el viernes 26 de enero, cuando los delegados fueron notificados del inminente envío de más de 250 telegramas de despido, los trabajadores realizan una permanencia pacífica en la puerta de la sede de Migueletes que ha tenido como respuesta un lock out de las autoridades bajo el eufemismo de un asueto que, cumplidos los diez días hábiles consecutivos, se ha tornado ilegal.

Por ese motivo, en rigor, no ha habido un paro de actividades resuelto por los trabajadores que recién se plasmará este miércoles cuando las autoridades pretendan, tal como lo manifestaron en un comunicado oficial, “retornar al normal desarrollo de sus actividades”. Es que el viernes último la asamblea de trabajadores aprobó un acta firmada en la que las autoridades se comprometen a discutir caso por caso la reincorporación de los 254 despedidos a quienes se les permitirá ingresar a la planta pero en calidad de despedidos, sin retomar sus tareas y, por ese motivo, sin el goce de sus salarios. Por esa razón el acta no alcanza para normalizar el instituto en la medida en que los trabajadores exigen la reincorporación de todos los despedidos.

Por eso, el miércoles a las 10 de la mañana se realizará una asamblea general donde se ratificaría el reclamo de la reincorporación de todos los despedidos, el paro de actividades el 14 y la participación de la movilización a la plaza de mayo convocada por ATE Nacional para el día 15 en el marco de un paro nacional de actividades de los estatales. En la asamblea, además, se votará la delegación que participará de la mesa de negociación pautada para el viernes 16 y el mandato que llevarán.

El conflicto se mantiene firme tal como se evidenció durante la última semana y el fin de semana largo en el que las instalaciones fueron el escenario de múltiples actividades organizadas por la comisión de familiares y amigos del INTI que recogieron la solidaridad de otros trabajadores, sindicatos, artistas y la población en general. 

El martes se realizó un festival con la participación de catorce números musicales y el cierre de Las Manos de Filippi. En la semana se puso en marcha el plan de apoyo escolar para adolescentes que tienen que rendir materias en febrero y marzo que los mismos trabajadores despedidos, la mayoría profesionales, ofrecen a la población en general como una forma de reforzar el vínculo solidario. Allí, llegaron a participar hasta los hijos de los policías que custodian el predio. 

Durante el fin de semana se realizaron actividades de todo tipo que van desde clases de yoga, obras de teatro para grandes y chicos, karaoke, torneos de truco y otros juegos de mesa, un festival de murgas y, para hoy a la tarde, una jornada de debate con científicos y técnicos de la que participarán, entre otros, Dora Barrancos integrante del directorio del CONICET y Juan Carlos Reboreda, decano de la Facultad de Ciencias Exactas. En paralelo, los bailarines y bailarinas del Ballet Nacional de Danzas en lucha contra el cierre ofrecerán una función especial de «El lago de los cisnes» en solidaridad con los despedidos del INTI y como parte de su propia pelea.

El sábado a la noche se realizó una vigilia con antorchas con una masiva participación de los trabajadores despedidos y aquellos que no fueron cesanteados pero apoyan fervientemente a sus compañeros. La actividad logró captar en forma manifiesta la solidaridad de los automovilistas que pasaban por la contigua avenida General Paz. 

Es que, uno de los grandes logros de los trabajadores despedidos ha sido el de, mediante una persistente denuncia pública, conseguir que una parte de la población comprenda que en el INTI no está en juego una mera política de ajuste fiscal sino que lo que se pretende es la tercerización de gran parte de las tareas que realiza el Instituto en favor de un negociado privado que, a la vez, afectaría seriamente la rigurosidad y credibilidad de los controles tecnológicos sobre la producción industrial.

Además, han dejado en rídiculo la versión oficial sobre las cesantías supuestamente vinculadas a “ausentismos reiterados”. Los trabajadores demostraron que se trata del despido de profesionales y técnicos con alta calificación cuyos superiores han evaluado con notas sobresalientes y que han percibido todos los meses los premios por presentismo incluidos en la última paritaria estatal. 

En la misma línea se ha dado a conocer una carta firmada por todos los directores de área que rechazan los despidos de sus colaboradores y ratifican la calidad profesional de los cesanteados. Días después, firmaron otra nota los más de 180 coordinadores y jefes de laboratorios que también rechazan los despidos y que incluso los consideran resultado de una «persecución política». Es que el común denominador de los 250 despedidos es su participación en las asambleas y su actividad gremial y, entre ellos, se encuentra la totalidad de los integrantes de la agrupación naranja opositora, unos 40 trabajadores, que incluyen delegados electos por sus compañeros.

Por otro lado se han conocido los vínculos del presidente del INTI, Javier Ibáñez, con la barra brava del Club Atlanta y hasta han circulado imágenes de él mismo participando en hechos de violencia socavando sensiblemente su autoridad a la hora de disponer las cesantías de profesionales con sobrada y demostrada experiencia en verificación técnica industrial.

El conflicto parece estar lejos de una solución si es que el gobierno opta por mantener su postura de no revisar su política de vaciamiento y tercerización del instituto. 

Los trabajadores del INTI, además, ya comprometieron su participación en la movilización del 21 de febrero convocada por la CGT.