En el marco de la reunión de Consejo Directivo de la CGT, los dialoguistas y los intransigentes se reúnen en el histórico edificio de la calle Azopardo. Allí, en la mesa de conducción se pondrán nuevamente sobre la mesa las posiciones sobre la estrategia que debe seguir la central obrera en caso de que el gobierno nacional no dé respuesta a los reclamos.

Si bien las posiciones encontradas conviven en la CGT desde el mismo momento en que se selló la unidad, se hacen cada vez más visibles con la demora de la realización de una medida de fuerza para fijar una posición política frente al gobierno de Cambiemos.

«Sabemos que el gobierno no va a cambiar su plan económico porque la CGT haga un paro, pero necesitamos fijar una posición política frente a la caída del salario y el aumento del desempleo», confesó a Tiempo uno de los dirigentes que participará esta tarde en el encuentro sindical.

Sin embargo esa visión no es la más extendida. Uno de los secretarios generales del triunvirato cegetista, Héctor Daer, señaló a Télam que van a esperar la respuesta del Ejecutivo para tomar una decisión. «Hasta que el gobierno no nos comunique su decisión, vamos a esperar y no entraremos en especulaciones», indicó.

En el encuentro con los representantes del Poder Ejecutivo se habló de un plazo de varios días, que estimativamente se cumplen la semana próxima.

También le quitó importancia a las versiones de que la exención del impuesto a las ganancias para el medio aguinaldo alcanzaría sólo a los salarios brutos menores a 40 mil pesos y que los bonos sólo alcanzarían a los más necesitados. «Nosotros a ninguna comunicación no oficial le damos trascendencia», explicó.

Daer sostuvo que van a esperar la respuesta oficial. «A partir de ahí sabremos cuál es la decisión que tiene que tomar el Consejo Directivo que fue facultado en el último Confederal para definir las medidas de fuerza que considere pertinentes», agregó.

Por su parte, el secretario de Finanzas de la CGT, el panadero Abel Frutos, de fluida relación con Hugo Moyano, planteó una actitud más enérgica. Señaló que «en la medida en que el gobierno nacional no cumpla con las expectativas gremiales, difícilmente pueda evitarse un paro nacional, porque hay que terminar con el Impuesto a las Ganancias, como se prometió en su momento, y el bono debe ser universal para privados y estatales, y un monto razonable».

El secretario de Capacitación de la CGT, el gastronómico Argentino Geneiro, también apuntó al gobierno y destacó que «las últimas noticias difundidas por algunos funcionarios del gobierno no ayudan a solucionar los reclamos sindicales».

«El Movimiento Obrero demostró que tiene ganas de conciliar y eso está harto demostrado, y la gente se da cuenta que actuamos con suma prudencia para obtener lo que reclamamos, pero los trabajadores necesitan respuestas que el gobierno les ha dado a otros sectores», subrayó el gremialista alineado con Luis Barrionuevo.

Conflictividad

Al tiempo que la conducción de la CGT demora sus definiciones, la conflictividad crece. Ante la actitud complaciente de la cúpula sindical, los gremios y las regionales comenzaron a reclamar por su cuenta tanto un bono de fin de año como la reapertura de paritarias.

Así ocurrió en el plenario de la CGT Regional Córdoba, donde se resolvió retomar el plan de acción para exigir la reapertura de la negociación salarial y en defensa de los puestos de trabajo, informó el líder de la central José Pihen a La Voz.

Los gremios definieron volver a las calles cordobesas en el marco de la lucha que realizan desde el mes de febrero. En esta oportunidad realizarán una jornada provincial de protesta el próximo miércoles 19 de octubre, con una movilización y acto central en la ciudad de Córdoba, aunque el día puede variar si la CGT nacional fija otra fecha para el paro que tiene votado.

Pihen sostuvo que la protesta es «por la reapertura de la negociación salarial en defensa del salario que sigue siendo agredido por una inflación que goza de buena salud, la defensa de los puestos de trabajo, el rechazo a la precariedad laboral, la reforma del Impuesto a las Ganancias y la derogación de la Ley 10.333 de ajuste previsional».

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