El índice de salarios del mes de noviembre publicado el martes por el INDEC dio como resultado una suba promedio del 6,7% cuando la inflación para ese mes se había situado en un 4,9%.

Los salarios registrados del sector privado crecieron un 7,3% mientras que los del sector público lo hicieron en un 5,7%. Los haberes de los trabajadores informales crecieron un 6,4%.

Así las cosas el mes de noviembre podría ser considerado como un período de recuperación salarial. Sin embargo, a la hora de observar la evolución de los salarios en forma interanual surge que, en comparación con el mismo mes del año anterior, mientras los precios escalaron un 92,4%, el promedio de los salarios creció apenas un 85,5%. Así las cosas los salarios quedaron 6,9 puntos por detrás de la inflación. Se trata de una pérdida del poder adquisitivo del 3,5%. Desde diciembre 2015 los haberes perdieron más de un 22% de su poder adquisitivo y la situación no encuentra una vía para revertirse.

La situación afecta a todos los sectores que componen mercado de trabajo en la medida en que los asalariados registrados acumularon una suba del salario promedio del 87,8% quedando 4,6 puntos por detrás de los precios. En el sector privado la suba fue del 88% y en el sector público llegó hasta un 87,5%.

En el caso de los informales la pérdida contra la inflación es mucho más pronunciada en la medida en que, desde noviembre de 2021 hasta el mismo mes de 2022 los salarios se incrementaron apenas un 74,1% quedando 18,3 puntos por detrás de los precios que implica una caída del salario en términos reales del 9,9%.

Según el último informe de la Cuenta de generación de Ingresos e insumos de mano de obra que mide la distribución funcional del ingreso, es decir, la apropiación del PBI que realizan las distintas clases sociales que intervienen en la producción, la participación de los asalariados en el valor agregado de la economía sigue en retroceso.

Según los datos oficiales del INDEC, en el tercer trimestre de 2022 las remuneraciones al trabajo asalariado representaban apenas el 43,6% del valor agregado mientras que el excedente de explotación bruto que equivale a las ganancias empresarias explicaba el 46,1% del valor agregado bruto. Un año antes, los salarios explicaban un 43,8% pero, en el mismo trimestre de 2016 esa relación arrojaba una apropiación del valor agregado por parte de los asalariados del 51,2% del PBI. En seis años la participación de los salarios cayó en 7,6 puntos del PBI. Del otro lado las ganancias empresarias avanzaron 4,1 puntos. El resto fue a parar al denominado ingreso mixto que agrupa a los autónomos y a aquellas empresas familiares en las cuales el patrón, a la vez, aporta su mano de obra y la de otros miembros del hogar.