La escasez de divisas hace que las autoridades sigan con lupa los números referentes a la liquidación de exportaciones. En ese sentido, un reciente informe volvió a dejar dudas sobre una eventual retención de granos por parte de los productores de soja.

De acuerdo a una estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario, la proporción comercializada es bastante inferior a la de los últimos años. Hasta el 15 de junio se habían vendido 18,5 millones de toneladas, el equivalente al 44% de la producción. La marca es bastante inferior al 50% registrado para la misma fecha del año pasado y al promedio de 51% verificado en los últimos cinco años.

«Hay que retrotraerse 19 años, hasta la campaña 2003/04, para encontrar un registro inferior medido en toneladas para esta fecha del año: en aquel entonces se habían vendido 17,8 millones de toneladas», señala el informe.

De acuerdo al desglose, 16,2 millones de toneladas fueron adquiridas por el sector industrial para su procesamiento, mientras que sólo 2,3 millones fueron exportadas. Si bien esta cantidad es inusualmente baja, para los autores del trabajo la cifra «responde a las condiciones del mercado», ya que «durante la mayor parte de los últimos meses, el margen de la industria ha sido muy superior al del sector exportador».

Aun con esas explicaciones, una baja de seis puntos porcentuales en las cantidades comercializadas implica un total de 2,2 millones de toneladas que no fueron colocadas en el mercado. Si se considera sólo el precio de exportación del grano, que en la última semana rondó los U$S 612 en los mercados internacionales, se trata de unos U$S 1350 millones, suma que puede ser todavía mayor si es procesada y vendida como aceite o harina.

Por supuesto que la cuenta varía según quién la realice. Para los productores, el dólar soja, estimado en base al mercado oficial y descontado el 33% de derechos de exportación, equivale a poco más de $85, menos de un tercio de los $300 que tocó en los últimos días el contado con liquidación y los $270 del blue. Por una tonelada de granos puesta en el puerto de Rosario, el vendedor recibe poco más de $ 48 mil. Ese cálculo es el que desalienta las ventas y el que sustenta el reclamo por «condiciones adecuadas, sin intervenciones distorsivas» en los mercados que hizo la Mesa de Enlace al llamar a un lockout (ver aparte).

Para el gobierno, en cambio, las menores ventas implican una caída de ingresos para el fisco por unos $ 50 mil millones en concepto de retenciones no cobradas. Y además, una oportunidad perdida para fortalecer las reservas del Banco Central, en momentos en que la acumulación de divisas se volvió una prioridad. «Está habiendo demoras en la liquidación de la cosecha de soja muy importantes para nuestro comercio exterior. Estimamos que ahí hay un retraso del orden de los 2200 millones de dólares, que seguramente lo liquidarán más adelante”, dijo el presidente del BCRA, Miguel Pesce.

Lo paradójico es que para CIARA y CEC, las cámaras que nuclean al sector agroexportador, la liquidación de divisas por parte de las firmas allí agrupadas volvió a batir un récord con U$S 3815 millones, incluyendo las ventas de trigo, maíz, otros cereales y sus derivados. «Fue el mejor mes de junio desde que se realizan los registros mensuales de divisas», dijo el comunicado conjunto. También alertó sobre los «efectos climáticos negativos sobre la cosecha gruesa», así como también los bloqueos de ruta por parte de transportistas que reclaman la falta de gasoil. De allí surgen otros motivos que podrían mejorar la situación en materia de divisas para los próximos meses, aunque por ahora el panorama en la materia sigue siendo complicado. «