La crisis del consumo se trasladó este fin de semana largo a los centros turísticos de todo el país, que recibieron importantes contingentes de visitantes aunque esa afluencia no repercutió en las estadísticas de ventas ni en las recaudaciones de los comercios.

Un informe de la consultora Focus Market indicó que el consumo cayó un 2,8% entre enero y septiembre, con un derrumbe del 5,3% en este último mes.  

Y la tendencia viajó a los destinos tradicionalmente elegidos por los argentinos para los días de descanso. La Cámara de la Mediana Empresa (CAME) destacó que en el feriado por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural se movilizó un millón de personas a lo largo y ancho del territorio nacional y que esas personas  gastaron $2.375 millones en forma directa.

Sin embargo, el volumen de las ventas cayó 4,3% respecto al mismo fin de semana de 2017.

Según el informe, las personas movilizadas superaron en cantidad un 2,6% a las que viajaron el año pasado en el mismo feriado, un flujo «importante teniendo en cuenta la situación económica delicada en materia de ingresos que tienen las familias en estos momentos».

Pero otras variables sintonizaron con problemáticas cotidianas de la economía local: caída y pauperización del consumo.

Aunque CAME destaca que la megadevaluación desalienta el traslados otros países y beneficia al turismo local, también señala que en los centros vernáculos la estadía media fue de 2,5 días promedio, por debajo de los 2,8 días promedio del año pasado, y el gasto promedio por jornada y por turista se ubicó en $950, un 23,4% superior al mismo feriado 2017, lo que está más relacionado con la inflación que con una demanda fuerte.

Las estadías más cortas estuvieron afectadas directamente por los aumentos de los combustibles. algo que incidió también en la elección de destinos más cercanos. Además, cuando se habla de la actividad en economías de frontera hay que tener en cuenta la llegada de turistas de países limítrofes.

«Según el relevamiento realizado por CAME en 40 ciudades turísticas, las ventas de bienes y servicios asociadas al movimiento de este sector cayeron 4,53% frente al mismo fin de semana de 2017».

Un comerciante de Pinamar citado por el comunicado de CAME refirió que “hasta el viernes no se vendía nada, recién el sábado los turistas salieron de paseo, miraron vidrieras, y comenzaron a comprar algo”.

Prevenidos frente a la inevitable ola gasolera, las economías que viven del turismo ofrecieron descuentos y promociones en hotelería y gastronomía así como en la actividad comercial con  un objetivo concreto: «No perder clientes y poder recomponer liquidez en caja».

Pero los turistas también fueron prevenidos y en muchos casos se alojaron en casas de amigos, parientes o conocidos «para abaratar, lo que también explica que el gasto por turistas no haya crecido», planteó CAME.

Una vez más, los destinos más elegidos fueron la Costa Argentina, Córdoba, Bariloche, Entre Ríos, Mendoza, Misiones, Salta, y el interior de la provincia de Buenos Aires.

Consumo 2018

Las noticias que llegan desde los centros turísticos no son tan nuevas si se tiene en cuenta el derrotero del consumo en los últimos años, especialmente en este 2018.

La consultora Focus Market compartió un informe que da cuenta de una profundización de la caída de la demanda minorista. Entre enero y septiembre de este año, el retroceso alcanzó el promedio del 2,8% con una caída del 5,3% en septiembre, un mes en el que no aparece «ninguna familia o subfamilia que muestre una variación positiva»

Los peores resultados siguen estando en el Gran Buenos Aires (GBA) aunque el interior del país empieza a acelerar la caída en mayor medida que en el principal aglomerado del país.

La fuente destaca que también persiste el aceleramiento en los precios: la variación de septiembre de 2018 es del 35,9% en relación con el mismo mes del año pasado en un escenario con familias de productos «que han superado el 40% de incremento de precios como la Canasta Básica, Congelados, Golosinas e Higiene».