El ajuste ronda las instalaciones de Ford Argentina, que se dispone a ejecutar un recorte del 30% del personal que emplea en su planta de la localidad bonaerense de General Pacheco, unas 1200 personas que se sumarán al tendal de desocupados de una industria cada vez más recesiva como consecuencia de la política económica de Cambiemos.

La noticia se conoce pocos días después de que el presidente Mauricio Macri atribuyó a las empresas la responsabilidad de «la modernización de los convenios colectivos» del sector.

Fuentes de distintos niveles del personal de Ford informaron a este diario que este miércoles la firma citó por separado a sus empleados jerárquicos, en la planta de Pacheco, y al cuerpo de delegados, en la sede Escobar del Sindicato de Mecánicos (SMATA).

En las reuniones, los directivos informaron que los recortes empezarán en los días que quedan de mayo. El primer sector afectado será el administrativo, incluyendo a los gerentes y el resto del personal fuera de convenio. Posteriormente, el hacha caerá sobre los agremiados, el personal de base y el resto de los trabajadores que cumplen funciones en las líneas de montaje.

Aunque las reuniones con los empleados fueron confirmadas con fuentes laborales y empresarias relacionadas con la firma, voceros de la empresa consultados por Tiempo las desconocieron, aunque admitieron que la firma analiza medidas en el marco de una supuesta crisis de sus negocios a nivel internacional y confirmaron que «en caso de producirse» desvinculaciones, los primeros afectados serán los empleados jerárquicos.

La suerte de los operarios está atada al destino del Nuevo Focus, un modelo que la empresa decidió retirar de Argentina y Brasil para trasladar su producción a China. Sin el Nuevo Focus, la planta de Pacheco solamente fabricará la pickup Ranger por lo que, como sintetizó un operario consultado, «un turno de la empresa caería por completo».

Una alta fuente sindical reconoció que la salida del Focus «dejaría un hueco importante» en la línea de producción de Ford, pero subrayó que «por ahora no va haber novedades, ni malas ni buenas» respecto del personal. En el mismo sentido, insistió en «esperar» porque la multinacional, aseguró el dirigente, alista la llegada de un nuevo modelo que podría evitar los despidos.

La empresa dijo a Tiempo que no  está prevista la llegada de ningún modelo para compensar la salida del Focus, si bien tampoco lo descartó porque «siempre hay negociaciones de ese tipo».

La decisión de Ford sintoniza con una industria que se achica en forma paulatina y que actualmente está por debajo del nivel de actividad una década atrás, lo que deriva en que el peso de esta industria en las ventas locales de autos es cada vez menor. Mientras tanto, los autos importados se venden cada vez más y se llevan una porción mayor de la torta. En el último año la importación llegó a dominar el 70% de las ventas. Las empresas que importaron por encima de lo permitido por la ley acumularon un déficit de U$S 1000 millones.

Los expertos sostienen que el objetivo real de la industria local es concentrarse en el segmento de las pickups para importar el resto de la oferta, una idea que parece confirmarse con el plan de Ford, pero que es resistido por los autopartistas nacionales.

El plan

El 22 de noviembre pasado la casa matriz de Ford informó que preparaba «medidas drásticas» para sus negocios en Argentina y Brasil. El asesor automotriz del JP Morgan, Ryan Brikman, informó a la agencia Bloomberg sobre un plan de la automotriz para «estabilizar pérdidas inaceptables» de U$S 587 millones en la región.

En esa oportunidad, la administración de Ford Argentina le bajó el tono a la versión, aun cuando reconoció la autenticidad de la información de Bloomberg. El último 10 de mayo la compañía nombró como presidente de su filial local a Gabriel López, cuyo antecedente inmediato fue el de administrar un recorte multimillonario en Ford México. «