El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que se trabaja con el Fondo Monetario Internacional (FMI) «con la plena voluntad de llegar a un acuerdo que funcione y cuide a la Argentina», y confirmó que el Gobierno quiere lograrlo antes de marzo.

«De aquí a marzo, en los tiempos de la Argentina, es mucho tiempo, las hipótesis son infinitas», pero «seguiremos trabajando para llegar a un acuerdo antes de marzo, uno que cuide a Argentina», sostuvo Guzmán en declaraciones a Perfil.

En ese sentido, dijo que «lo que más nos ayudaría es cerrar un acuerdo en que podamos llevar adelante nuestra visión para tranquilizar la economía argentina, que la Argentina actúe como un Estado nación. Nos ayudaría que los factores de poder de nuestra sociedad en una negociación, que es geopolítica, nos apoyen para poder resolver este problema de una forma virtuosa», y acotó: «en muchas ocasiones se observan comportamientos que van en contra de los intereses de nuestro Estado nación, sería muy importante un cambio».

«La Argentina dejó muy en claro cuál es la programación macroeconómica plurianual a la que apunta, y sobre esa base buscamos un acuerdo», destacó y reforzó la idea de que «es muy importante poder construir los apoyos de la comunidad internacional y de toda la comunidad nacional, de todos los factores de poder, que le den soporte a un proceso que generará también más confianza, y cuanto más extensivo y extendido sea el apoyo de los factores de poder en la Argentina, más fuerza tendremos en las negociaciones; así será el proceso para seguir recuperando confianza y que la recuperación sea más sólida, las negociaciones llevan tiempo y trabajamos en detalle».

Guzmán resaltó que «lo peor que se haría para la Argentina es un mal acuerdo», y argumentó: «Dañaría muchísimo la credibilidad ya golpeada luego del colapso del modelo económico del gobierno anterior, que sucedió a una gran ola de optimismo».

«Un mal acuerdo sería como el que hizo el gobierno anterior, y significaría abortar la recuperación económica y no abordaría ninguno de los problemas estructurales de la Argentina», explicó, y dijo que buscan «un acuerdo que funcione, uno bueno, que nos permita darle continuidad al proceso de resolución de los problemas estructurales y coyunturales de la economía argentina en la línea del esquema de políticas públicas que el Gobierno nacional plantea».

En esa línea, apuntó que «apurarse a hacer un mal acuerdo agrava problemas, hay que seguir negociando hasta llegar a un acuerdo que funcione, es la misma lógica que seguimos con la reestructuración de los acreedores privados».

Además, se refirió al riesgo país y aseguró que «no fue la reestructuración de la deuda lo que lo elevó, por el contrario, permitió que Argentina tenga un alivio sustancial en la carga de pagos de deuda, que es de aproximadamente 35.000 millones de dólares toda la primera década, a partir del momento en que se reestructuró la deuda».

Asimismo, explicó que respecto de un año atrás, «hoy la Argentina tiene la deuda con los acreedores privados reestructurada y experimenta un sendero de crecimiento fuerte, tanto en valor como en cantidad; en valor creció 60% en el último año, y en cantidad el 23%».

Finalmente, indicó que el riesgo país «se rige por la perspectiva de los mercados, y no de la gente», y bajarlo «es un proceso, pero Argentina tiene un conjunto de problemas que resolver: «mejorar el perfil productivo, especialmente en el sector que genera divisas y resolver los problemas de deuda que quedan, como el de los 45.000 millones de dólares que tomó el gobierno anterior con el Fondo Monetario Internacional».