Cuando el 4 de abril pasado, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el titular de la AFIP, Alberto Abad, presentaron los resultados del blanqueo de capitales, aseguraron que uno de los mayores beneficios para la Argentina sería el del incremento de la recaudación tributaria. En aquel momento, Abad calculó que como producto del blanqueo ahora hay más activos declarados en las bases de datos de la AFIP, entre dinero en efectivo, propiedades, autos y barcos, la base imponible (o los bienes sobre los cuales se calcula cuánto va a recaudar la AFIP mes a mes) casi se duplicó.

Pero a medida que pasa el tiempo, se va fortaleciendo una tendencia: hasta un 75% de lo blanqueado no tributará ni un peso. Ese 75% está compuesto por los fondos en efectivo blanqueados y el dinero en cuentas. Ambos suman casi 90 mil millones de dólares. 

Es decir, se habrá ampliado la base imponible, pero esos activos no pagarán impuestos porque sus propietarios apelarán a diversos mecanismos que los eximen y que ya estaban previstos en la legislación. 

El otro 25% está compuesto básicamente por propiedades que tienen un tratamiento parecido al de los fondos en efectivo pero que no tienen la posibilidad de declararse exentas, por lo que deben tributar. 

Una fecha clave para conocer la ecuación de cómo podría crecer la recaudación será junio, cuando se hagan las presentaciones de las declaraciones juradas por el pago del impuesto a los Bienes Personales. Los contribuyentes detallarán en esas declaraciones en qué activos han invertido los fondos del blanqueo. 

Según Pablo Castagna, director del segmento Individuos de Puente, «en la próxima declaración de junio saldrá la foto de los bienes blanqueados. Muchos contribuyentes no tenían muy en claro cuál era el impacto tributario de lo que estaban exteriorizando. En esta declaración se deberá mostrar lo que se blanqueó y en qué se invirtió». 

Según el experto, responsable de asesorar a los que decidieron sumarse al blanqueo, la búsqueda de los inversores es por los activos que se benefician con el no pago de los impuestos a las Ganancias y Bienes Personales. En ese universo ingresan las Lebac (Letras que emite el Banco Central) y las Letes (Letras que emite el Tesoro nacional), además de los títulos públicos tanto de la Nación como de las provincias y los municipios. 

«El porcentaje de las inversiones con fondos provenientes de la exteriorización dirigidas hacia activos que no tributan viene creciendo fuertemente», indicó Castagna. 

En el mismo sentido se manifestaron desde una casa bursátil con mucha experiencia en el blanqueo: «Nosotros les decimos a nuestros clientes que lleven la mayor cantidad de sus fondos hacia esos activos», aseguran. 

En el menú que se ofrece a los inversores hay también activos que tributan Bienes Personales pero no Ganancias. Es el caso de los bonos corporativos, que aparecen como alternativa ante los bonos públicos nacionales que ya están muy demandados, por lo que sus rendimientos son menores: al descontarse el 0,5% de Bienes Personales igual se gana más con el bono corporativo. También se está dando el pase desde activos del exterior, como acciones de empresas de EE UU, que tributarán a partir del blanqueo, hacia acciones locales, exentas de los dos impuestos. 

Todos estos movimientos son completamente legales y están al servicio de evitar la carga tributaria a las personas de alto patrimonio. 

«Todas estas personas tratan de optimizar su costo fiscal y planifican con la ayuda de grandes estudios contables y legales», detalló Magdalena Rúa, experta en el fenómeno de la fuga de capitales e investigadora del CEPA. La experta señaló que a los mecanismos habituales para evitar la tributación se agrega el trust, por el cual se separa la titularidad de los activos respecto de la persona que los detenta. 

De cualquier forma, «lo que termina sucediendo es que se profundiza la tendencia usual de que las personas de alto patrimonio siguen con nulas tasas de carga impositiva, mientras que los trabajadores no pueden eludirlas», señaló Rúa. «Una acción así es contraria a los intereses de una sociedad», concluyó. «